La demolición de Sabino Arana será ecológica y entrañará gran complejidad
La cercanía de los pisos y la trama urbana inferior obliga a un proyecto especial
Bilbao. Los técnicos forales del departamento de Obras Públicas y Transportes trabajan ya en el proyecto de demolición de los accesos a Bilbao por Sabino Arana. Un trabajo de derribo que "va a ser complejo", reconoció ayer el diputado de Presidencia y portavoz foral, Juan Mari Aburto, quien aclaró algunos detalles más de la obra.
La Diputación tiene previsto acometer el derribo este año aunque aún no ha concretado las fechas hasta que no se finalice el proyecto de demolición. Lo que es evidente es que la entrada de las piquetas no comenzará hasta después de finales del mes de marzo, fecha en la que se ha previsto la puesta en servicio de los nuevos accesos por detrás del hospital de Basurto que sustituirán al scalextric de Sabino Arana.
"La redacción del proyecto técnico será compleja por su ubicación y porque será de carácter ecológico", expuso ayer Juan Mari Aburto. No es para menos. El proceso de demolición de los más de 300 metros de calzada inclinada que conecta con la A-8 tiene que lidiar con múltiples obstáculos. La presencia de pilares y tableros en plena trama urbana obligará a tomar medidas de seguridad excepcionales debido a la proximidad de las viviendas y a la presencia de calles que discurren por debajo de las estructuras que se van a derribar.
Juan Mari Aburto apostillaba que, por ejemplo, "hay que tener en cuenta que el tranvía circula por debajo de la estructura", a lo que hay que añadir los miles de vehículos y peatones que transitan a diario por esa misma calle Autonomía.
La necesidad de tomar medidas de seguridad adecuadas para evitar cualquier incidente con las fachadas cercanas o los tráficos inferiores supondrá una prolongación en el tiempo de los trabajos, un handicap, por ejemplo, que no ha padecido la reciente demolición en Garellano, restringida a un solar que incluso estaba amurallado.
Aprovechar el material El diputado foral de Presidencia confirmó que el desmontaje de la estructura "se efectuará de forma controlada y ecológica", de forma que, como ocurrió en Garellano, el hormigón armado, la ferralla y otros elementos metálicos que componen los viales suspendidos se puedan aprovechar con posterioridad tras un tratamiento adecuado.
Aburto confirmó que la Diputación ha reservado una partida máxima de cuatro millones de euros para el proyecto. El diputado aclaró que la otra cifra de ocho millones de euros de coste, de la que siempre se había hablado, fue prevista en el año 2006 y en circunstancias totalmente diferentes a las actuales. Con la actual crisis económica y la falta de contratos de obras públicas, las constructoras ahora han reducido sus ofertas económicas. Juan Mari Aburto indicó incluso que "igual cuesta menos de cuatro millones de euros", debido a la tendencia existente en el sector de ir a la baja en las licitaciones para conseguir estos contratos de entidad económica. El portavoz foral también concretó que otro de los elementos con los que juegan las constructoras es el tiempo de ejecución de las obras, el cual se suele reducir también.