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Bilbao La Vieja pelea por la cuenta atrás

En 1994 se inició el plan de rehabilitación de esta zona, al que han seguido varias fases con visibles resultados urbanísticos y socialesEl reto futuro del Plan 2012-2016 se centra en la convivencia

Bilbao La Vieja pelea por la cuenta atrásDavid de Haro

BILBAO. Si algún barrio de Bilbao ha luchado por cambiar su imagen, ese es Bilbao La Vieja. Hace 20 años y 200 millones de euros de inversión, muchas de las viviendas no tenían baño, las condiciones urbanísticas eran infrahumanas, la mayoría de los locales habían cerrado y la droga dejaba sus secuelas en la población más débil. Esta foto fija de Bilbao La Vieja llamó la atención de los partidos políticos, instituciones y asociaciones que iniciaron un trabajo conjunto que consiguiera una profunda rehabilitación de esta zona que abarca tres barrios diferentes. Queda mucho por hacer, pero las mejoras son sensibles para los propios vecinos, así como para las personas que han conocido Bilbao La Vieja hace 20 años y son testigos ahora de la transformación de buena parte de su fisonomía.

Un paseo por la realidad de Bilbao descubre nuevos comercios y unos vecinos diferentes, sigue habiendo delincuencia, menos, y prostitución, pero se ha intensificado la presencia policial. Los retos futuros están centrados en mejorar la convivencia. "Se están realizando encuentros con las diferentes culturas del barrio y todos los concejales estamos pasando por una mesa de coordinación para marcar nuestra estrategia de trabajo y escuchar las necesidades del barrio", señala Mariano Gómez, presidente de la mesa de la convivencia.

Los primeros trabajos de rehabilitación en Bilbao comenzaron en 1994 y se centraron en el plano urbanístico, pero después se pasó a una tutela social y económica. En los últimos años del plan se iniciaron más de 300 expedientes de ayudas sociales para rehabilitaciones, otros 100 para rehabilitación de edificios, se recuperaron las plazas más significativas del barrio, como la Cantera. Se promovieron ayudas para la puesta en marcha de nuevos comercios y locales de moda y la implantación de servicios como el propio centro de la ikastolas en la zona fueron claves para iniciar un cambio de fisonomía.

Retos futuros Desde el año 2009 en el que finalizó el último plan de rehabilitación de Bilbao La Vieja, San Francisco y Zabala, se ha trabajado con la idea de hacer una revisión y análisis de las intervenciones, hasta la realización de un Plan Comunitario para trazar una propuesta adecuada a las necesidades de los barrios. Como paso previo, se realizó un mapa de situación con la idea de detectar dificultades y necesidades para lo que se trabaja con cada uno de los niveles poblacionales. "Han participado un 5,7% de la población total del barrio y se ha podido apreciar que las cuestiones más ampliamente señaladas en los tres barrios están vinculadas con la calidad de vida y con las relaciones ciudadanas", apunta el concejal. Se pone de manifiesto falta de civismo, muchas personas en riesgo de exclusión, pocas zonas de esparcimiento, problemas de inseguridad, quejas que llegan a la oficina de San Francisco que desde hace siete años dirige Javier Rojo.

Ana Isabel, una vecina de Conde Mirasol, lo resume, "sin prisa pero sin pausa". Es una de las personas activas del barrio que no pierde la oportunidad de trasladar sus propias sugerencias de mejora al concejal. "Estaría bien un puesto de castañas en la plaza de San Francisco y una churrería. Se trata de normalizar". Pero, también se queja de los problemas de convivencia que sufre a menudo.

Este es precisamente el reto futuro en el que se trabaja. "Detectamos la necesidad de profundizar en la armonía entre vecinos de todas la procedencias étnicas, generaciones, condición social, etc., la seguridad ciudadana, la participación comunitaria en la construcción del barrio, el civismo, la gestión y abordaje pacífico de conflictos, la educación, la sanidad, el ocio y la cultura, en definitiva la convivencia".

Solo en San Francisco, el 30% de su población es de origen extranjero. En los próximos años, se trabajará para fomentar las relaciones entre la ciudadanía. Un equipo de gestión de conflictos abordará los conflictos que generan alarma social y actuará un servicio de mediación directa. Además, se establece un plan de civismo, así como un programa de dinamización. Se ponen a disposición pisos solidarios para atraer la entrada de gente joven al barrio que a cambio de un alquiler más económico realice trabajos en beneficio a la comunidad. Otro de los planes en marcha es la intervención de la diversidad. Además, se traza una estrategia con el objetivo de mejorar la calidad de las personas mayores. Otra de las áreas de actuación es el apoyo a la infancia así como la detección y control del absentismo. "Hasta ahora los planes era cerrados pero queremos revisar año a año lo que se hace", advierte el concejal.