Sestao. ESTABA escrito en las estrellas que la boda de María Jesús García y su compañero Jesús María Araujo Maye, no iba a ser una de tantas de las que a diario se celebran en el Ayuntamiento de Sestao.

Después de casi 20 años de relación, estos dos sestaoarras de toda la vida no dudaron en tirar por la calle del medio y dejarse homenajear por las amistades de ambos cónyuges, que querían que todo el mundo supiera de su feliz decisión de emprender un nuevo camino como marido y mujer, lo que de momento les llevará de viaje de novios a Tailandia.

Ante esta tesitura, ellos no dudaron en darse el "sí, quiero" en el marco de la Euskal Jaia de Sestao, lo que convirtió su enlace en cualquier cosa menos "discreto" ya que a los invitados de rigor -léase familiares y amigos íntimos- se sumaron cientos de aldeanos y aldeanas -tocados de txapelas y buruko zapia- que pusieron una nota de añoranza en una sociedad que tiende a hacerlo todo deprisa.

Y es que una boda vasca es -era- todo menos rápida ya que el oficio civil y/o religioso se acompañaba de una serie de actos sociales que daban palmaria cuenta de que ahí había tema marital, entre ellos, la lectura de las capitulaciones matrimoniales y la lectura de la dote de la novia que, como no, viajó en un carro arrastrado por una pareja de bueyes.

No faltó el tío rico, el indiano, que acompañó a la novia hasta la puerta del Consistorio y que tras la ceremonia se dedicó a repartir pesos cubanos con la efigie del Che Guevara entre los zagales que en buen número presenciaron el enlace.

Ya en el interior del salón de plenos, con el alcalde Josu Bergara como convidado de excepción, el concejal de Euskera, Cultura y Deportes, Igor de Pablos, cumplió con su papel de oficiante de la boda civil y supo poner una sonrisa entre los asistentes con sus jocosos comentarios que se vieron redundados con el "sí quiero" de tenor del novio y el ¡Ah, sí quiero! de la novia.

Euskal Jaia Una boda que generó una considerable expectación entre los cientos de vecinos que a mediodía deambulaban por la plaza del Kasko y que se ha convertido en la tónica general de la práctica totalidad de los actos programados dentro de la XIV edición de la Euskal Jaia, que un año más ha sacado la cultura vasca a la calle durante cinco intensas jornadas.

El ejemplo más elocuente del interés que despierta entre la ciudadanía de Sestao la cultura vasca lo proporcionaron los payasos Pirritx, Porrotx eta Marimotots que, en su primera actuación en la localidad fabril, colgaron el "no hay billetes" en apenas dos horas desde que se pusieron a la venta las cerca de 600 entradas del frontón municipal de Las Llanas.

"Si hubiéramos podido poner más entradas a la venta seguro que se habrían vendido porque había un gran interés por esta actuación", señalaban fuentes municipales ante el éxito de la convocatoria de este clásico del espectáculo infantil en euskera.

A la actuación de los payasos siguió el sábado el Día del Sukalki, en el que tomaron parte 20 cuadrillas demostrando un nivel que fue calificado por el jurado de la cita como "excepcional". Esa jornada tuvo como broche una comida popular a la que, ya por la tarde, siguió una muestra de trikitixa en la plaza del Kasko a cargo del grupo de danzas y txistu Salleko, que este año celebra su 50 aniversario.

El domingo fue el turno de la feria agrícola que tuvo lugar en la plaza del Kasko con la presencia de una decena de puestos donde se vendieron productos de la huerta y artesanía y que estuvo amenizada con una exhibición de deporte rural.

Este fin de semana la Euskal Jaia contempló un festival de danzas en el frontón de Las Llanas con el grupo Oinkari, que presentaba su obra Ari du. La asistencia al evento fue notable en atención a la fama que precede a este grupo que ha colaborado con artistas de la talla del bailarín de danza clásica Igor Yebra y el grupo de música Korrontzi.

El broche tuvo lugar ayer con el enlace del conductor de autobuses y la enfermera. Zorionak!