Bilbao

DAVID Plata y Ana María Tellería han hecho de su pasión por los animales su modo de vida y su trabajo. Ambos son canguros de mascotas, un oficio que lleva practicándose una década en ciudades como Madrid o Barcelona, pero que es una rara avis en el territorio vizcaino. "Creo que somos los únicos que ofrecemos este servicio aquí, pero es algo necesario para algunas mascotas y para sus dueños", explica David, el impulsor de esta iniciativa que se puso en marcha en enero de 2011.

En esta aventura les acompaña su mascota, Tequila, un perro que tiene diez meses y que se encarga de jugar con los canes que recurren a este servicio. "Yo trabajaba en la construcción y me quedé en el paro a causa de la crisis. Entonces, miré en internet y vi que en Barcelona y Madrid había canguros de mascotas y aquí no", desvela David, quien a sus 30 años es auxiliar de Veterinaria y está estudiando adiestramiento de animales.

Este joven de Santutxu no dudó en echar a andar la iniciativa puesto que su "sueño desde pequeño ha sido trabajar cuidando animales". En esta singular aventura le acompañó su pareja, Ana María, una joven de 21 años que es peluquera canina y que no dudó en sumarse a este proyecto en el que "trabajamos los 365 días del año".

La empresa ofrece sus servicios tanto a domicilio como en un terreno que tienen alquilado en Bedia junto a la asociación Asaam Bizkaia. En el cuidado de animales ofertan cosas tan variadas como dar un paseo a la mascota, bañar al animal, formación de adiestramiento, rehabilitación de malas conductas y peluquería.

Entre todos estos servicios, ambos destacan sin dudar que el paseo canino es el más importante. "Un perro sano necesita un paseo de, al menos, una hora; en el caso de que esté enfermo, la vuelta deberá ser más larga", apuntan.

La tarifa es de 7 euros la hora. "Este es un trabajo duro, sacrificado, pero muy gratificante y apasionante. Sabemos que no nos vamos a hacer ricos, pero esto es lo que nos gusta", confiesan.

David reconoce que su entorno se mostró "incrédulo" cuando les explicó el proyecto y que, de hecho, "aún siguen siéndolo, aunque son los primeros en querer utilizar nuestros servicios para sus animales".

Este proyecto nacido en tiempos de crisis ha notado los efectos y la evolución de las estrecheces económicas. "Cada vez hay más gente en paro. La situación se está recrudeciendo y, por eso, hay menos gente que se pueda permitir estos servicios", explica David.

A lo largo de los más de 18 meses que llevan con la empresa han recibido alguna llamada curiosa. "Una vez nos pidieron cuidar de un mono. Nos quedamos alucinados. Era aquí, en el centro de Bilbao, y declinamos la oferta porque el animal no tenía papeles ni nada", señalan estos jóvenes emprendedores.

En cuanto al perfil de usuario del servicio de canguro para mascotas, David apunta: "Hay de todo, pero, fundamentalmente, el usuario es una mujer adulta, que vive sola". Y es que este servicio trata de que las mascotas puedan seguir cumpliendo con sus rutinas del día a día en su entorno, pese a que, por diferentes circunstancias, sus dueños no puedan. "Hay hoteles de animales, pero es algo diferente. En ese caso, el animal sale de su entorno, puede tener compañía indeseada y puede contagiarse de enfermedades y parásitos", explica. Con este cuidado a domicilio, "evitamos esas molestias y el estrés que puede tener el animal por estar en un lugar que no es en el que suele estar acostumbrado".

A la hora de atender y cuidar animales domésticos predominan perros, gatos y pájaros, por este orden, aunque, "vista la nueva tendencia en animales de compañía, esperamos atender pronto a reptiles, hurones... Estamos preparados para ello, porque tenemos buena formación".

Cada animal es un mundo y, por ello, ambos deben tener "mucha psicología y mano izquierda" con cada uno de ellos. Pero sí ven una tendencia muy clara entre todos sus clientes: "Son como los niños; se portan mejor con nosotros que con sus dueños. A veces tienen poca autoridad sobre sus mascotas y tienen más poder los animales que los propios dueños".

Boca a boca Algunos de ellos son ya viejos conocidos para esta pareja, ya que aseguran que, normalmente, "los que han probado el servicio de canguro han repetido". En este aspecto, dicen que su mejor publicidad es el "boca a boca", por encima de cualquier otro tipo de forma de darse a conocer. Y es que reconocen que "por mucha publicidad que hagas, es difícil que la gente confíe de primeras en ti para darte las llaves de su casa. Por eso, es muy importante la opinión de alguien que ya ha probado esta experiencia", reflexiona David.

Ambos tienen entre los animales que han cuidado, uno predilecto. Es una perrita de once años que cuenta con una historia muy particular. "Su dueña tiene 83 años y tuvo que ser ingresada en un hospital. Como no podía cuidarla, llevaron la perrita al hotel de mascotas de Artxanda y el animal se fugó del centro y anduvo hasta llegar a la puerta de su portal en Bolueta. Los vecinos avisaron a la dueña y ella pidió salir del hospital", narra David con admiración. "Han creado lazos muy fuertes entre ellas, son inseparables, y sé que cuando una de las dos falte, la otra lo va a pasar muy mal. Nosotros cuidamos de este animal con mucho gusto, es una perra genial y estamos seguros de que, si falta su dueña, nos haremos cargo de ella", dice el joven.

De cara al futuro, estos dos jóvenes quieren "vivir de esta profesión". "Es dura porque no tenemos horario, pero nos encanta. Ojalá podamos hacer en el futuro un hotel canino, pero sin jaulas en donde los animales puedan estar tranquilos". Mientras tanto, estos dos pioneros en Bizkaia seguirán ofreciendo sus servicios para que tanto los animales como sus dueños puedan compaginar las actividades de sus vidas.