Bilbao
AINHOA Ibarguren, Laura de Antón y Ana del Arenal son tres jóvenes amatxus con mucha imaginación. A las tres les encanta inventarse historias. Pequeñas historias que luego se las cuentan a sus hijos antes de irse a la cama. Y como también son un poco lanzadas, hace meses decidieron poner en marcha un blog para dar a conocer todas esas historias. El blog se llama www.elbauldeloscuentos.es, y en él todos los lunes se puede leer un cuento nuevo. Es el único compromiso que se marcaron cuando decidieron crear el blog. Desde la publicación del primer cuento, el pasado mes de abril, han comprobado que tienen un público fiel que se asoma todos los lunes a la web en busca de la nueva historia. Eso les anima a seguir inventando historias, pero su mayor satisfacción es cuando alguno de sus hijos le dice a su madre al terminar el cuento: "¡Cuéntamelo otra vez!". Eso es lo que le sucede muchas noches a Ainhoa.
La idea surgió en una "cena de chicas", sin maridos, en lo que ellas denominan una "noche libre". "Y como las amatxus somos muy pesadas con el tema de los hijos", dice Ainhoa, "al final acabamos hablando de ellos". Así que salió el tema de los cuentos. Laura, por ejemplo, que tiene dos niños, Luca y Noé, de 7 y 4 años, comentó que había empezado a escribir las historias que les había ido contando a sus hijos desde que eran bebés. Ainhoa también habló de los cuentos que le relata a su hijo Tomás antes de acostarse y Ana, de las fábulas que se inventa para entretener a su pequeño Miguel o a sus sobrinos, si es preciso. Todas coincidieron en que se debían intercambiar las historias "para que no se pierdan". "Y ya en la sobremesa, cuando la cosa se enciende", recuerda Ainhoa, "decidimos que teníamos que lanzarnos a hacer algo". Algo, como dice el blog de El baúl de los cuentos, "para que la gente tenga historias a mano para entretener a los más pequeños". Al día siguiente empezaron a investigar qué forma podían dar al proyecto. "Lo que teníamos claro", señala Ana, "es que tenía que a ser un hobby, por lo que no nos debía costar ni dinero ni demasiado tiempo, ya que tenemos otras obligaciones". Ana, por ejemplo, es arquitecta y trabaja como tal en un estudio, y Ainhoa y Laura, que son periodistas de formación, no ejercen, pero trabajan en la Administración vasca y en una empresa relacionada con Internet, respectivamente. Tras sus investigaciones concluyeron que el blog era el formato más adecuado porque "es muy espontáneo y resulta más dinámico que una web". "Además", destaca Ainhoa, "es una plataforma gratuita a la que se puede acceder desde cualquier soporte como un ordenador o un teléfono móvil".
Nombre Decidido el formato, se planteó la primera cuestión: el nombre del blog. "La idea del baúl nos gustaba", recuerda Ana, "porque desde el punto de vista gráfico es muy bonito… un baúl que se abre, que está en el desván de la abuela, del que salen cuentos, es algo misterioso". Así que encontraron un dominio que estaba disponible y además era barato. "No sé si se puede decir esto, pero solo nos costó 16 euros. Es todo lo que hemos invertido", apunta Ainhoa riéndose. Inauguraron el blog el primer lunes de abril con el cuento Las margaritas de Tina y Leo. Ainhoa explica que van alternando dos tipos de cuentos. "Por un lado están las aventurillas de Tina y Leo, dos hermanos mellizos que van descubriendo las cosas propias de los niños, andar en bici o tener un perro", y por otro, los cuentos para soñar". "Estos últimos", explica Ana, "son cuentos más metafóricos, que hablan de historias más fantasiosas". Al margen de las temáticas, todos tienen un denominador común: la corta duración. "No más de dos minutos", dice Ana. "Nuestra intención es que una persona lo pueda leer en el móvil o en ordenador y luego se acuerde para poder contárselo a su hijo; aunque también se puede imprimir porque ningún cuento ocupa más de un folio ", advierte Ainhoa. El proceso de creación es muy diverso. Lo mismo se les ocurre la historia cuando van en el metro o cuando se sientan tranquilamente en el ordenador de casa. Normalmente son Laura y Ainhoa las que escriben los cuentos y Ana quien los ilustra. Aunque, muchas veces el proceso es el inverso: Ana dibuja algo y Laura y Ainhoa ponen letra a la fantasía.
Papel Por el momento están contentas con la acogida. "Ya tenemos un pequeño grupo de público fiel", dice Ana, "que nos lee todos los lunes". "Lógicamente, nos gustaría que fueran aumentando las visitas y que en algún momento, si a alguien le interesa, que se pudieran publicar los cuentos en papel", dice Ainhoa. "Aunque solo fuera para nosotras tres", apostilla Ana. Pero ese, por el momento, no es su objetivo prioritario. Laura, Ainhoa y Ana solo piensan en seguir disfrutando con la creación de historias infantiles. "Es que contar un cuento a un niño es algo superagradecido", comenta Ainhoa. Ella lo comprueba todas las noches cuando le lee a su pequeño Tomás alguno de sus textos o de su amiga Laura. "El problema de mi hijo", dice Ainhoa, "es que se lo tengo que contar dos veces". Pero no le importa porque aclara que "no siempre el mismo cuento hay que contarlo de la misma forma". "Se puede transformar", dice Ana, "porque muchas veces ellos mismos lo piden al hacerte preguntas en mitad del cuento". Y ahí entra en juego la imaginación de Ainhoa, Laura y Ana.