"Bajo cero. Pero eso sí, bien ataviados, como esquimales en el polo norte, entramos en el bar de hielo de Estocolmo. Nos quedamos congelados pero fue una experiencia muy divertida la que vivimos un grupo de amigos el pasado año. Lo mejor el vaso de hielo que era difícil sostener porque se escurría con los guantes. A más de uno se le cayó y no pudo degustar el zumo con vodka que pedimos en la helada barra", cuenta Ana rememorando su viaje a los países del norte.
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