'Pitolis', un trikitilari centenario
Antonio Agirre, de Zaratamo, aún sigue interpretando temas con su acordeón
ZARATAMO
APRENDIÓ a tocar de oído. "Ensayaba mientras cuidaba a las vacas sentado debajo de un manzano. Escuchaba las canciones en la radio, me quedaba con una melodía y al día siguiente intentaba tocarla. Nadie me ha enseñado música", asegura con rotundidad Antonio Agirre Beristain. Así comenzó, hace ya más de ocho décadas, su pasión por el acordeón y por el folclore popular vasco.
Y es que Pitolis, como cariñosamente se le conoce en Zaratamo y en gran parte de Euskal Herria, cogió por primera vez una trikitixa con 14 o 15 años, "cuando me la regalaron mis padres". Y ahora que está a punto de cumplir un siglo de vida -su aniversario es el miércoles- sigue interpretando con maestría temas populares, "aunque ya me van fallando los dedos, y no tengo tanta agilidad", reconoce con humildad.
En sus inicios, la trikitixa le sirvió incluso para cortejar a la que después se convirtió en su mujer, María Cruz Charterina. Antonio vivía en el caserío familiar del barrio de Gutiolo y ella, en la casa de sus padres del barrio de Burbustu. "Nos separaba un barranco. Cuando estaba en el campo con el ganado llamaba a mi sobrina para que me acompañara con la pandereta y tocábamos juntos para que nos escuchara María Cruz", recuerda.
Poco podía imaginar entonces que sus dotes musicales con este instrumento iban a ser reclamadas en numerosas fiestas, romerías y celebraciones populares, familiares y religiosas. "He recorrido toda la comarca. He estado en Nafarroa y también en Iparralde. Me he apuntado a todas las excursiones que se organizaban desde Zaratamo, Arrigorriaga o Galdakao. También me han llamado desde muchos sitios o me han venido a buscar a casa".
Y Antonio nunca ha dicho que no ni tampoco ha querido cobrar por su participación en este tipo de actos. "Si alguna vez me han dado algo lo he aceptado, pero nunca he tocado por dinero. Me conformo con hacer bailar a la gente, con animar las fiestas".
Recuerdos imborrables Son innumerables los recuerdos y las anécdotas, muchos viajes y escenarios, pero algunos instantes son imborrables. "Una vez, las mujeres de Galdakao prepararon una excursión a la Casa de Juntas de Gernika. Cuando llegamos, me llevaron hasta la sala principal y me sentaron en la silla del lehendakari. Allí entoné el Agur Jaunak y el Gernikako Arbola". Con especial emoción rememora el acto al que acudió, hace unos siete años, para asistir "invitado por el PNV al homenaje que rinden en el cementerio de Donibane Lohizune al lehendakari José Antonio Aguirre y en el que también pude tocar".
La popular romería de Santa Lucía de Laudio, la fiesta de San Antonio en el Santuario de Urkiola, Garrastatxu en Orozko, San Lorenzo en Zaratamo, Sarria, Artea, Ugao o Arrigorriaga han sido, y siguen siendo, algunos de los lugares en donde Pitolis ha dejado su impronta gracias a su alegría, humildad y su compromiso con el acordeón y el folclore euskaldun.
También ha sido un asiduo al Alderdi Eguna que se celebra el último domingo de septiembre en Foronda. "Primero abría la comitiva de Arrigorriaga y después me iba con los de Zaratamo", relata.
Son muchos también los músicos con los que ha colaborado Antonio. En su memoria siempre está la figura de su compañero Txilibrin y durante gran parte de su trayectoria ha contado con el acompañamiento de varias generaciones de txistularis de la familia Arroita. En 1995 comenzó a realizar salidas con el txalapartari Josu Goiri, quien no duda en afirmar que "Antonio transmite alegría y fuerza con la trikitixa y también es una gran persona, contagia amistad". De esta última etapa hay también momentos memorables como "la actuación, hace diez años, en una entrega de premios de Medio Ambiente de la Diputación de Bizkaia en el Euskalduna" o la kalejira que realizó con 92 años en Alsasua y en la que "se pasó todo el día tocando", destaca Goiri.
Pitolis cumple el miércoles cien años. Su familia, amigos y todos los que han disfrutado de su música y su persona le colman de cariño y homenajes. Ayer fue en Zaratamo y el miércoles será en Arrigorriaga.
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