Zalla. La renovación de la escuela oficial de idiomas de Zalla puede alterar la rutina de la Mancomunidad de las Encartaciones, cuya sede se encuentra en el barrio de Aranguren. El Ayuntamiento sopesa trasladar la haurreskola desde las instalaciones que comparte con el centro educativo a la planta baja al edifico colindante, donde presta sus servicios el organismo mancomunado. El objetivo es ganar espacio ante el aumento de las matriculaciones para estudiar euskera.
Este movimiento obligaría a la Mancomunidad a desplazarse a los pisos superiores del inmueble, propiedad del Ayuntamiento de Zalla. El Consistorio se ofrece a sufragar la instalación de un ascensor a cambio de que la Mancomunidad se haga cargo de las obras para acondicionar los nuevos locales. Sin embargo, la entidad asegura no poder afrontar la inversión y las gestiones para obtener una subvención no han dado resultado. "Hemos solicitado ayudas, pero nos las han denegado", explica el presidente de la Mancomunidad, Rubén Edesa.
El pleno de Zalla, reunido en sesión extraordinaria, aprobó la cesión de los locales a la Mancomunidad en el año 2000 por un periodo de 30 años con el PNV en la Alcaldía. Transcurridos 12, el equipo de gobierno de Zalla Bai se plantea llevar la haurreskola a las instalaciones de la institución comarcal. "La competencia sobre la ubicación de la haurreskola corresponde al Consorcio Haurreskolas y ellos estiman que ese es el espacio más idóneo. Además, imponen que las aulas infantiles se habiliten en una planta baja", argumenta el alcalde de Zalla, Javier Portillo. Este requisito imposibilitaría que la haurreskola se traslade a las plantas más altas para no interferir en el funcionamiento de la institución.
Los representantes del PNV consideran que la Mancomunidad no debe costear unos trabajos que persiguen solucionar un problema municipal. "Zalla ofreció el local, por tanto no se puede pedir que el resto de los ayuntamientos acometan ese gasto. El alcalde puede acudir a la Diputación para negociar la obtención de una ayuda con cargo al concepto de imprevistos", propone el portavoz jeltzale, Koldo Artaraz. Por su parte, Bildu sugiere que Zalla pague las obras y la Mancomunidad abone una cuota en concepto de arrendamiento. El proyecto para el traslado de la haurreskola todavía no se ha redactado.
El anterior gobierno de Zalla había previsto que la escuela de idiomas creciera con cuatro clases más en los pisos superiores de la Mancomunidad. Una pasarela conectaría los dos edificios y las obras iban a ejecutarse el pasado verano, a tiempo para el nuevo curso. Tras las elecciones, Zalla Bai decidió no pedir la subvención que el Departamento de Educación había comprometido al Ayuntamiento y analizar otras alternativas. En septiembre más de 300 personas permanecían en lista de espera para matricularse en el centro.