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La procesionaria repunta en Bizkaia

Bilbao. La Diputación tratará este año 10.500 hectáreas de pino contra la procesionaria, una de las plagas que se controlan con mayor celo en Bizkaia. La superficie afectada en el territorio, aunque apenas alcanza el 10%, representa una afección mayor que la registrada el pasado año (en torno al 6%).

La diputada de Agricultura, Irene Pardo, compareció ayer a petición propia ante la comisión correspondiente de las Juntas Generales para informar de la situación de esta plaga en el territorio. El área que dirige Pardo realiza anualmente una vigilancia de las masas forestales, a través de la guardería forestal y técnicos del Servicio de Montes, que permite detectar las afecciones de los pinares tanto públicos como privados de Bizkaia. Este trabajo de campo, en el que los técnicos especifican el grado de afección y las zonas donde se encuentran, es "fundamental", según destacó la diputada foral, para el control de esta plaga.

Según detalló Irene Pardo, estas prospecciones se han llevado a cabo entre los meses de diciembre de 2011 y enero de este año, ya que es en esos momentos cuando se registran un mayor número de nidos de oruga, que crece simulando unos grandes bolsones de seda en las ramas de los árboles. Estos trabajos de seguimiento y control continuarán durante este mes, para lograr una mayor definición del grado y zonas de afección.

La diputada informó de que en estos momentos es necesario tratar 10.500 hectáreas de pino contra la procesionaria. Aunque esta superficie ni siquiera alcanza el 10% del total de las coníferas que existen en el territorio, representa 2.000 hectáreas más de las que se tuvieron que tratar el año pasado.

Según señaló Pardo, son muchos los factores que contribuyen al desarrollo de esta oruga a niveles de plaga, "como el parasitismo desde los huevos y las condiciones meteorológicas, entre otros". En Bizkaia, en concreto, las primaveras y veranos poco lluviosos, y los otoños cálidos "provocan que la población prospere".

Diferentes tratamientos El tratamiento que se utiliza para luchar contra la procesionaria es diferente, "en función de la época y el tipo de infestación", especificó la diputada de Agricultura. En invierno, el tratamiento se realiza directamente a los bolsones, utilizando insecticidas específicos y también cortando las ramas de los pinos infestados para evitar que nidifiquen. En septiembre, además, coincidiendo con que las orugas se encuentran en su primera estadio, se puede realizar un tratamiento aérea desde helicópteros, con químicos que inhiben su crecimiento.

En todos los tratamientos, en especial en los que se utilizan insecticidas, se tiene un especial cuidado en aquellos terrenos que se ubican dentro de los parques o reservas naturales, así como en cultivos de agricultura ecológica, utilizando un producto que resulte compatible con esta actividad.

Finalmente, a lo largo de todo el año, se colocan cajas-nido para aves y murciélagos que se alimentan de estas orugas, con el objetivo de potencia la fauna depredadora y mantener su población controlada.

Todos estos tratamientos, finalizó Irene Pardo, se realizan sin que la calidad de la madera se haya visto afectada. "Es más, el pino radiata, principal hospedante de la procesionaria, se encuentra en cotas de calidad media-alta en Bizkaia", afirmó la diputada foral de Agricultura.

Consecuencias La Thaumetopoea pityocampa, su nombre científico, es fácilmente identificable en el monte: es pequeña, peluda y camina casi siempre en hilera, de ahí su nombre. No solo es molesta para los humanos, a los que causa urticarias, y para los árboles en los que anida -a los que puede llegar a matar-, sino que también resulta peligrosa para las mascotas.