Turtzioz
El queso se ha erigido en protagonista absoluto del puente festivo. Después del multitudinario Último Lunes de Gernika, ayer Turtzioz degustó el mejor Idiazabal en su decimosexto Gazta Eguna. Centenares de personas desfilaron por el centro del municipio en una de las ediciones más concurridas y con mejor tiempo que se recuerdan. "Ha habido muy buen ambiente", celebró el alcalde, José Manuel Coterón.
A pesar de la crisis, el Ayuntamiento ha realizado este año un esfuerzo por ofrecer una variada selección de chacinería, hortalizas, pastel vasco, miel, artesanía y, cómo no, queso, en los cerca de cuarenta stands procedentes de todos los putos de Euskadi que participaron en la feria. Desde las 9.00 horas todos ellos se prepararon para recibir a los visitantes. Además, en esta ocasión se otorgó un premio al puesto mejor decorado. El galardón recayó en el stand de Leire Ibarrola, de Izoria, que no dudó en vestirse a la manera tradicional vasca para ensalzar el espíritu de la feria.
Cata comentada Pero casi todos acudieron a Turtzioz esperando probar los quesos de denominación de origen Idiazabal que compitieron en el concurso. Seis elaboradores presentaron el producto de su trabajo en las explotaciones ganaderas que dirigen. El jurado lo tuvo difícil para elegir al mejor.
Menos mal que el representante de la denominación de origen, Juan Ramón Aguiriano, les dio unas pautas a la hora de puntuar a los candidatos a hacerse con los 240 euros y trofeo del primer premio. "Hay que fijarse, por este orden, en la forma, el olor y el sabor", enumeró.
Los miembros del jurado y los curiosos que se acercaron a los soportales de las escuelas pudieron probar el resultado de un trabajo artesanal que requiere de "seis horas de elaboración y unos siete litros de leche para hacer un queso de un kilo, aunque esta última cantidad varía dependiendo de la época del año".
Tras examinar y probar todos los quesos se decantaron por el que salió de la granja de José Ramón Martínez, del municipio alavés de Aguiñiga. "Estoy contento de recibir el premio, porque es un reconocimiento a un trabajo de varias generaciones de nuestra familia", agradeció. El queso Aguiñiga es de pastor, es decir "la materia prima es leche propia de nuestro rebaño". Sus 300 ovejas pastan a los pies de Sierra Salvada y "son el punto clave de la cadena, porque si de ahí no sale algo bueno no hay nada que hacer", explicó.
El pastel vasco de Leyre Belaustegi, de Izarra, y el pan de Teresa Petralanda, de Orozko, también ganaron en sus respectivas categorías. Como anécdota, Petralanda empató a puntos con su hermana María Luisa y el jurado tuvo que volver a probar las dos hogazas. Todo quedó en casa.