La trepidante nueva vida de Patxi Larrocha
Dos empresarios rescatan la figura de un marino vasco del siglo XIV al que dan nombre e historias
Bilbao
Frente al castillo de Gravensteen, en el corazón del casco histórico de Gante, un anticuario, librero viejo, guarda el manuscrito que narra diversas peripecias de un navegante a caballo entre los siglo XIV y XV. De sus andanzas apenas se conoce que nació "en una villa mercantil del Golfo de Bizcaia en una noche tenebrosa asediada por tempestades y galernas australes" (sic) y que fue testigo de grandes acontecimientos históricos de su época a bordo de los numerosos navíos con los que recorrió medio mundo.
Hasta aquí habla la Historia. Toman la palabra ahora el sumiller Iñaki Suárez y José Antonio Vilela, dos empresarios vascos del siglo XXI que han recreado una vida trepidante para este anónimo personaje al que han bautizado con el nombre de Patxi Larrocha. Tienen su porqué. Patxi se llama el hijo de Iñaki Suárez -pese a sus problemas de espina bífida es un joven con temple y espíritu, campeón de España de baloncesto a bordo de una silla de ruedas- y Larrocha es el segundo apellido de los hijos de José Antonio Vilela. Un guiño a la familia y un nombre con el que lanzarse a la aventura.
Una vida narrada en cuento A Patxi Larrocha le han escrito una vida imaginaria, relatada en un cuento. En ella nace en una posada de puerto, Finisterre, en cuya cocina se forja en la elaboración del bacalao de Terranova, la ballena del Cantábrico o el suculento congrio. Enrolado como mozo de cocina en un mercante genovés, mercadea con lanas y ahuyenta el escorbuto del barco con una dieta elaborada a base de manzanas, único alimento del barco -a excepción de las ratas, muy cotizadas- tras superar una terrible tempestad.
A lo largo del relato, cargado de vicisitudes, aparecen platos elaborados de su mano: guisos de aves con uvas, carnes con miel, frutas con mostaza, mariscos gigantes con salsa de ajo, perdices rellenas de trigo verde; la kakavia, una sopa hecha con pescados, mariscos, cebolla, hierbas aromáticas y vino blanco, y el cabrito relleno con ajos, puerros y cebolla, aromatizado con semillas de alcaravea y salsa de garum, elaborada con pescado fermentado. Aparecen el vino de rosas y el licor de Artemisa; el pilaf árabe, cargado de azafrán, y el pasticcio, una feliz combinación de pollo, almendras, pan, pistachos y alcaparras. También asoman en su imaginario recetario la ginestada o la crema de arroz y leche de almendras. La historia acaba con el protagonista proscrito tras ser tachado de hereje por haber firmado un Estudi ffinal sobre la prevención y curación de la Peste del Mar, recomendando el consumo de cítricos a bordo de los barcos para frenar el escorbuto, frente al mercado procedente de los monasterios, que abastecían de carnes a los navíos de la época.
Tres años de trabajo, de elaboración del personaje y de búsqueda de lo que se conoce como un nichode mercado de la mano de la SPRI y de cientos de viajes a la búsqueda de nuevas ideas, han derivado en un restaurante singular que lleva el nombre del personaje recreado. No ha nacido de la imaginación de dos cualquiera. No en vano, Iñaki Suárez fue dos veces campeón de Euskadi de sumilleres (años 2005 y 2006) y su socio, José Antonio Vilela, lleva más de 20 años en el negocio de la hostelería.
Pasos para el buen yantar El resultado es espectacular. El restaurante Patxi Larrocha(C/ Pablo Alzola, nº 8) está repleto de sorpresas. Ofrece cuatro formas diversas de comer, divididas según el hambre, el tiempo o el dinero que uno disponga, amén del menú tradicional. Todo se mueve en un arco de 5,90 a 10,95 euros, siempre y cuando uno no desee pasar a un txoko reservado, donde se anuncian catas de vino, exposiciones de arte, menús concertados, encuentros empresariales o cualquier tipo de reuniones. Posee una carta de infusiones ideada a dos manos con un dietista, tres tipos de café (arábiga, robusto y mezcla propia), talleres de aceite, pan, agua o cerveza, y unas pantallas informativas, puro I+D, colocadas sobre la barra y en las que se anuncian qué comer, dónde y a qué hora. La carta de vinos internacional está dividida en vinos de acá, vinos de allá y vinos de más allá... ¡La repanocha!
No se detendrá ahí la trepidante vida creada para Patxi Larrocha. En un alarde de creatividad, sus padres imaginarios tienen pensado un nuevo universo para aquel viejo navegante bizcaino (sic). Alrededor de su exótica figura planean un sinfín de proyectos, aún en hilvanes pero con un florecer próximo. Patxi Larrocha no ha nacido para quedarse en casa ni estarse quieto. Les cuento...
Los hijos de Patxi Larrocha Desde su condición de sumiller, Iñaki Suárez ha contactado con una bodega de La Rioja y un enólogo para la elaboración de un vino propio, etiquetado con el nombre del navegante vizcaino. No será la única aventura en la que se embarque. Patxi Larrocha -o en su nombre sus representantes en la tierra...- pretenden contactar con los agricultores autóctonos de Larrabetzu, tierra natal de Iñaki Suárez, para la creación de una línea de conservas elaboradas con productos locales. "Hay una serie de productos de la huerta que tienen demanda. Es otra idea", aseguran.
No es la única. En los últimos tiempos, junto a Bilbotex, la imagen de Patxi Larrocha ha alumbrado la idea de crear una línea textil, con camisetas que recreen su figura. A todo ello hay que añadir el propósito de que el txokose convierta en punto de encuentro para personas con discapacidad e incluso crear un aula de cultura en la que, por citar un ejemplo, el psiquiatra Jerónimo García San Cornelio hablará sobre las luces y sombras del vino. Larga vida al viejo navegante.
Más en Bizkaia
-
Cinco espectáculos de circo gratuitos este fin de semana en Bilbao
-
Un pianista con más de cinco millones de seguidores actuará en Bilbao este verano
-
La plantilla de Bridgestone convoca otros tres días de huelga
-
Un detenido en Bizkaia por intercambiar y almacenar imágenes de explotación sexual infantil