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Un palacio para el rey

Un palacio para el reyfoto: david de haro

Es necesario echar la vista atrás para encontrarse con las raíces, la fuente de donde brota la historia que hoy aparece impresa en esta crónica. Hay que viajar en el tiempo hacia los primeros años del siglo XX, un tiempo en el que dos jóvenes pilotos de Fiat, el fogoso Vincenzo Lancia y su amigo Claudio Fogolino, más templado al volante, deciden asociarse. Dicen los documentos oficiales que lo hacen un 27 de noviembre de 1906 y dice la leyenda que Claudio reconoce la popularidad de Vincenzo, cediéndole el nombre de la firma a su apellido. En 1907 la nueva compañía alquiló su primer taller, un viejo galpón en la intersección de las calles Donizetti y Ormea y ahí comenzó la singladura de una firma de vehículos de lujo. Esa idea de fabricar vehículos singulares está en los orígenes de la firma, hoy la gama alta de Fiat. No en vano, los dos socios encargaron al conde Carlo Biscaretti di Ruffia el diseño de un logotipo que fuese fácilmente reconocible a primera vista. Ya el matasellos era un signo de distinción...

Lancia ha llegado hasta el siglo XXI con la misma distinción de entonces. Sus bólidos, eso sí, ya no participan en la Fórmula Uno, donde el mismísimo Juan Manuel Fangio les dio la gloria del laurel al ganar el campeonato 1956 con un coche Lancia-Ferrari. Y, sin embargo, Lancia sigue siendo la vieja dama de pelo blanco y estola de visón, sí; pero también la modernidad, el último grito.

Ayer se escenificó la elección de New Cars Sport como el titular de la concesión de Lancia para toda Bizkaia. El concesionario de Ribera de Erandio, perteneciente al Grupo Meuri, tiene en su plantilla, si es que se puede decir así, estrellas de la talla de Jaguar, Chysler, Jeep y Doodge entre otros, con lo que la llegada de Lancia convierte a la casa, si es que no lo era ya, en una firma de Champion's League. Digamos que un palacio acoge al rey.

En la presentación pública que tuvo lugar ayer, con el New Ypsilon de Lancia y el Gran Cherokee Valley ensabanados, cubiertos antes de que la tarde noche echase a rodar, estuvieron presentes el presidente del grupo, Luis Uriona, y el director general, Josu Cortázar; Mikel García, el comandante en jefe del equipo de ventas, Koldo e Itziar Uriona, junto al hijo de esta, Iñigo Larrañaga, y su marido, David Larrañaga; Luis Amo, Enrique López, José Ángel García, Txus González, Mikel Amezaga, José Antonio León, Iñigo Irigoyen, Guillermo Martínez, Carlos Madariaga, Roberto Herrera, Iranecio Sanz, junto a su hijo, Borja Sanz, Pilar Urquijo, Miren Escribano, Enrique Andino, Iñaki Elustondo, Roberto Alonso y un buen número de invitados, encandilados con la prestancia y el vigor de una firma que no llega sino a reforzar la musculatura de una casa que alberga, en sus talleres, joyas de la corona como un Rolls Royce o un kilométrico Buick, de seis metros de eslora -a longitud de más de tres hombres tumbados...-, todo un clásico de las carreteras de Estados Unidos.

Pero no era la de ayer una visita a la galería de retratos de los venerables antepasados de las carreteras sino una carrera emprendida para la conquista del espacio, un desafío para encontrarse con los modernos vehículos del siglo XXI. Entre ese mundo de vehículos radiantes, cuyos cuadro de mandos recuerdan al tablero de operaciones del Soyuz o el Apolo XIII, y sus líneas a las de una top model de la pasarela parisién. Sin ir más lejos, el New Ypsilon cuenta con una pabellón insonorizante que permite una conducción silenciosa; el techo corredizo Grandluce y una solución para el espacio interior que recuerda a un salón con butacones de cuero.

Se movieron entre ellos, entre los coches nacidos para la conquista del asfalto, José María Bilbao, Miren Antigüedad, Ignacio Ortube, Benjamín Ahedo, Javier Izagirre, Benjamín Vázquez, Silvia Gutiérrez; el director comercial de DEIA, Kike Hermosilla, Josu Molinos, Juan Ángel Martínez, Iñigo Basaldua, José Luis Martínez, Miguel de las Heras, Javier Núñez y una sucesión de nombres propios que disfrutaron de un evento marcado por la cruz de la exclusividad. No en vano, la presentación del New Ypslion se celebró en diez ciudades a la vez, las diez más importantes del Estado.

Disponible con los acabados argenta, platino y oro, el coche, al decir de la gente perita en la materia, la línea es muy innovadora, con un frontal en el que destaca una gran calandra delantera pero, sobre todo, con una línea lateral en el que las puertas traseras quedan camufladas por el diseño integrado de las empuñaduras de apertura. De este modo el Ypsilon se convierte en un coche más práctico sin defraudar a los amantes de los tres puertas.