Los escolares de Artea ya tienen colegio. Tras más de una década reclamando un centro diseñado expresamente para los menores de Primaria, el municipio cuenta por fin con una escuela moderna, llena de colorido y con amplios espacios que hacen las veces de sala de psicomotricidad, de música, de internet y de patio de juegos con pista polideportiva incluida. No obstante, a este colegio de lujo le faltan varios detalles que han chafado en gran parte, su esperado gran estreno.
Así, la ausencia de un lavaplatos ha hecho que los pequeños estrenen el nuevo centro comiendo en una vajilla de plástico. No es el único inconveniente con el que ellos y, sobre todo sus madres y profesoras, han tenido que lidiar para poder disfrutar de las nuevas instalaciones construidas por el Gobierno vasco. La escasez de huecos en el comedor, así como la falta de internet y teléfono, provocaron ayer más de un problema al que aún no se ha puesto solución.
"Andamos de un lado para otro yendo al edificio en el que estábamos hasta ahora para poder usar el teléfono", explica Mari Asun, la directora del centro, que no sabe cómo van a realizar todos los trámites y escritos propios de cualquier escuela sin estar conectados a la red.
Pero lo más grave, según reconoce la gerente, es la falta de un plan de evacuación para casos de incendio. "Nos iban a llamar hace semanas para establecer un protocolo de actuación y aún no lo han hecho", critica.
El AMPA, por su parte, ha puesto sus ojos en el comedor. Recién construido, solo tiene sitio para los alumnos que actualmente tienen concertado este servicio. Lo que pase dentro de dos o tres años, cuando Artea cuente con más pequeños de entre 2 y12 años, es una incógnita a la que responde la portavoz de este grupo, Iratxe Ortuzar. "No van a caber. Ahora han entrado muy justitos", asegura.
Para colmo de males, una gotera "similar a una cascada de agua caliente" anegó durante toda la mañana de ayer los vestuarios de la sala de psicomotricidad. No es la primera que tienen. La sala de música ya vivió una situación similar. "Hemos hablado con la empresa que se encargó de la instalación y nos han dicho que lo iban a reparar", anuncia el alcalde de la localidad, Alberto Etxebarria.
"No entendemos cómo después de haber hecho el esfuerzo de construir un colegio tan bonito ahora dejan todo manga por hombro", asegura Ortuzar quien, de cualquier forma, agradece la labor de "maisus y andereños", así como la del Ayuntamiento por hacer posible, entre todos, el haber iniciado ayer las clases en el nuevo centro. "Los profesores se quedaron el viernes hasta muy tarde para poder completar la mudanza y el Consistorio ha estado pendiente de la calefacción todo el fin de semana para calentar las instalaciones", recuerda.