Basauri. César Hervás ha dedicado toda su vida al bar Orbaneja. Tanto es así que sus dos hijos, Gorka y Ainixe, se han criado entre las cuatro paredes de este restaurante en el que se practica una cocina de primer nivel, pero siempre familiar. El reconocimiento a esta esclava labor le ha llegado a César estos últimos años en el campeonato de Euskal Herria en el que se ha impuesto en la categoría de mejor pintxo con productos de Eusko Label. El premio: un cheque de 500 euros y la misma cantidad en especias que usará para seguir elaborando pequeños bocados de placer.
Dos veces campeones.
César y Gorka: Todavía lo estamos digiriendo.
¿Qué maravilla han presentado al campeonato esta vez?
G.H.: Era una sorpresa de pimiento de Gernika crujiente con sopa de tomate.
C.H.: Quedó estupendo, pero la verdad es que fuimos a contrarreloj. Date cuenta que la primera criba del concurso empezó el día 18, nada más acabar las fiestas de Basauri. Fuimos con la idea bien pensada pero no lo habíamos hecho nunca ni sabíamos cómo lo íbamos a presentar.
Y al final, ¿cómo quedó?
G.H.: Pues decidimos llevar la planta del pimiento al plato. Para ello, utilizamos tierra comestible hecha a con galletas, nos inventamos una planta de la que colgó el pimiento verde relleno de percebes, mejillones y langostinos. La sopa de tomate fue en un vasito, al lado.
¿Y el pan propio del pintxo?
C.H.: Lo hicimos tiras y lo pegamos al pimiento para que quedara crujiente.
¿Cuanto tardan en hacer algo así?
C.H.: Tiene truco, porque para rellenar el pimiento utilizamos una manga pastelera, no la típica cuchara con la que se rellenan en casa. Una vez tenemos todo hecho, en montarlo sólo tardamos cinco minutos.
Qué moderno todo.
C.H.: Sí, la verdad es que si no innovas te quedas muy estancado con los bocados de toda la vida.
En este proceso, ¿dónde ha quedado el típico pintxo de chatka
C.H.: Lo seguimos teniendo, y que no nos falte nunca igual; que el de langostino con huevo y mayonesa, el pintxo de tortilla y el bocadillito de jamón.
Se olvida de la croqueta.
C.H.: Sí, en nuestro caso, es el croquetón, porque es de Bilbao; tiene consistencia y mucho sabor, nada de ponerle sólo besamel.
¿Se presentaron más bares de la comarca?
G.H.: El Txistu, de Arrigorriaga, y el Thomas Tavern, de Basauri. Pero no pudieron llegar a la final.
En Basauri hay grandes barras de pintxos.
C.H.: En Basauri hay barras de pintxos espectaculares, lo que faltan son iniciativas que las vendan de cara a los vecinos. A ver si vuelven el concurso de pintxos o campañas de este tipo que en estos tiempos nos hacen mucha falta.
La crisis achucha...
C.H.: No sabes cuánto. Además, noviembre es un mes muy malo.
Tras la victoria del año pasado, ¿han aumentado los clientes?
C.H.: Sí, lo hemos notado cantidad. Ahora viene gente de todo Basauri, y no sólo eso, también de otros municipios. Y no sólo lo hemos notado nosotros, sino todo el barrio.
G.H.: Uno de Bakio me ha comentado que va a venir desde allí a probar el pintxo del concurso.
¿Lo tendrán en la barra?
C.H.: Claro, el del año pasado aún sigue triunfando. Mi hija, que es la que los hace, no sale de la cocina.
¿Qué lleva ese pintxo?
G.H.: Es un huevo escalfado relleno de foie y hongos con gulas salteadas y puerro crujiente.