Barakaldo. El colegio Mukusuluba de Barakaldo dio ayer el pistoletazo de salida al nuevo curso escolar. Y lo hizo envuelto en controversia. Según los planes que manejaba el Departamento de Educación del Gobierno vasco, los 400 alumnos matriculados en este centro tenían que haber iniciado las clases en unos módulos prefabricados montados en el patio que iban a permitir liberar la escuela para acometer su reforma. Pero, al regreso de las vacaciones, la sorpresa ha sido mayúscula al comprobar que, por el momento, no hay rastro de los barracones porque la adjudicación de las obras, al parecer, lleva cierto retraso, lo que ha provocado el enfado de bastantes padres por el trastorno que esta situación puede provocar a sus hijos.
"Nos marchamos de vacaciones pensando que a la vuelta los chavales iban a empezar el curso en los pabellones prefabricados y ahora nos dicen que esta infraestructura igual no se coloca hasta finales de año y que los chavales van a perder dos días de clase para poder hacer el traslado", protestaban un grupo de madres a la entrada del centro. Según explicaron varios progenitores, las andereños, con la colaboración de algunos alumnos, dejaron el material didáctico guardado en cajas con el objetivo de realizar la mudanza del colegio a los módulos nada más volver de las vacaciones, pero este contratiempo les ha obligado a abrirlas de nuevo para poder impartir las clases.
Algunos padres cargan contra el Departamento de Educación porque, bajo su punto de vista, "la organización ha sido muy mala". Y es que ahora los estudiantes del colegio Mukusuluba, que tienen entre 2 y 12 años, "van a tener que soportar el ruido, el polvo y la peligrosidad" de las obras necesarias para montar los prefabricados. "Además habrá niños que al cambiar el ambiente de estudio se sentirán desorientados o perderán la rutina, algo que, sin duda, no hubiera sucedido en caso de haber iniciado el curso tal como esta previsto", añadieron Alicia, Emma y María Jesús, un grupo de madres.
DEIA se puso ayer en contacto con los responsables de prensa del departamento que dirige la consejera socialista, Isabel Celaá, para contrastar las denuncias de los padres, pero después de varias llamadas no obtuvo ninguna respuesta sobre la situación de este centro educativo. Fuentes del colegio, por su parte, confirmaron que la tramitación del proyecto de reforma lleva "retraso", pero no se atrevieron a avanzar cuándo comenzarán los trabajos previstos.
Las obras salieron a concurso público en primavera y consistirán en la reforma interior del edificio dedicado a la docencia, así como la reparación de los daños detectados en las fachadas y la sustitución de las ventanas por otras nuevas. Estos trabajos se completarán con la impermeabilización y aislamiento de la cubierta y la sustitución de los canalones, bajantes y tejas que se encuentran en mal estado.
Este nuevo caso vuelve a poner en la punta de la picota la gestión que el Departamento de Educación está desarrollando el Barakaldo, después de que durante la pasada primavera se creara otra agria polémica en la localidad fabril con los cambios introducidos en el mapa escolar.