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Los aprendices se hacen maestros

Los aprendices se hacen maestrosfoto: david de haro

En los viejos tiempos, cuando aún la tecnología no se había adueñado de nuestras vidas y el tiempo transcurría a paso lento, Basarte, junto con otras fincas, formó parte del Mayorazgo de Elespuru. Se enmarca la escena (disculpen el apunte geográfico...) allá en las tierras de Bakio, donde las lenguas de sol y de la mar lamen la tierra hasta convertirla en fértil y fecunda, un lugar único para la elaboración del txakoli. Les hablo de hace noventa años, el tiempo transcurrido desde que la familia Olaskoaga llegó al caserío Basarte para cultivar sus heredades y elaborar un txakoli que fue el sustento de la casa durante décadas. Los viejos txakolines de Bilbao y Begoña afamaron el txakoligorri de esos viñedos en la capital hasta que hace treinta y cinco años, tras la muerte del patriarca y la escasa rentabilidad del negocio de la viticultura, dejaron secar las vides al sol.

Fueron años dedicados al campo, sí; pero en el oficio de horticultor. Se diría que durante un cuarto de siglo de olvidos el puñal de la nostalgia hizo sangre y hace una década que la familia decidió rescatar la producción vinícola. El tiempo había hecho mella y hubo de aprenderse el oficio de nuevo, con la Heredad de Basarte por testigo de los esfuerzos, de la pasión renovada y la decisión firme de elaborar un vino hijo del siglo XXI. Visto los resultados que vieron la luz en el mediodía del pasado sábado, los aprendices ya son maestros...

Quiere decirse que Ados, el txakoli que conjuga un acuerdo entre dos tiempos: la tradición de la Heredad y las conciencia de los nuevos tiempos, donde la ecología y la calidad imponen su ley, es un vino digno de las tierras que le han visto nacer. La historia se cuenta rápido. Tras conseguir la primera certificación de uva para txakoli en producción integrada, la familia comenzó a recoger frutos. Han jurado ante la Madre Tierra que la cuidarán con abonos naturales y que jamás emplearán tipo alguno de berbicidas. Los ciclos de la naturaleza, sin el reprise de la ingeniería química, son otros. Los resultados también.

Ante el indisimulado -y justo...- orgullo de Mari Jose y Arantza Zabala, las dos txakolineras en jefe del mediodía, bajo el sol desfilaron el alcalde de Bakio, Txomin Rentería, Irene Pardo, diputada de Agricultura de la Diputación de Bizkaia; Ikerne Zuluaga, directora de Agricultura de la Diputación de Bizkaia, Ramón Amenabar, Juan Ramón Muguruza, Kepa Uriarte, José Antonio Cruz, quien comentó la cata de presentación después de que el sacerdote, Pascual Barturen, bendijese la tierra y sus frutos; el diputado, Josu Ercoreca; Fernando Elexpuru, descendiente del mayorazgo del que se desligó el caserío Basarte hace 90 años; Carmelo Renobales, Conchi Hernando, Juan Carlos Erkoreka, José Etxebarria, as de oros de las ferias agrícolas; Gorka Zarate, quien amenizó la sobremesa con su alboka, acompañado por Itxaso Arrieta a la pandereta; Félix Azkaiturrieta, Gorka Renteria, Marian Yueco, Marije Zabala, Edurne Olaskoaga, María Olaskoaga, Juanita Imatz, Enrique Zabala, Isabel Olaskoaga y Alicia Cotchico; Begoña Scheifler, Idoia Garai, Itziar Renobales, Patxi Rentería, Asier Alzibar-Aritxuluaga, Edurne Larrinaga, Gabin Azaola, Ibonne Sanz, Miguel Zaldua, Esti Renobales, Aintzane Arrieta, Mikel Ugalde, Leire Barrena, Paul Marcuartu, Miren Bilbao, Eduardo Urrutia,Monike Egia y Javi Arrieta entre otros.