bilbao. Seis meses después de que hayan empezado las obras de la línea 3 del metro en su primer tramo entre Etxebarri y Txurdinaga, ayer se escenificó en un acto protocolario la colocación de la primera piedra de los siguientes dos tramos, el que va de Txurdinaga a Casco Viejo y el que acoge la estación de Uribarri.
Una cita que estuvo presidida por el lehendakari, Patxi López; el diputado general de Bizkaia, José Luis Bilbao; el consejero de Obras Pública y Transportes, Iñaki Arriola, y el alcalde de la villa, Iñaki Azkuna. Un encuentro que sirvió para que los representantes nacionalistas recordarán, tanto al PSE como al PP, las descalificaciones que éstos divulgaron contra este trazado cuando fue presentado hace ya más de tres años.
El alcalde Azkuna fue claro. "Espero que ahora nadie siga zahiriendo con los calificativos de trenecito, tren chu chú o el tren de la trola". Recordó cómo llegar al día de ayer ha supuesto "muchas discusiones, plenos municipales y preguntas parlamentarias" en las que el PSE minimizaba este trazado al no ser construido por el Consorcio de Transportes y contar con una más que posible gestión de EuskoTren, una vez que se ponga en funcionamiento a finales de 2012 o principios de 2013.
"Lo importante no es que sea de color azul o rojo, o lo gestione X o Y, sino que esté dentro de un sistema metro y que los ciudadanos puedan desplazarse cada pocos minutos de un lugar a otro y cambiar tranquilamente de línea", añadió el alcalde.
Las intervenciones de José Luis Bilbao y Patxi López también escenificaron sus diferencias. Ambos mostraron su decidida intención de llegar a acuerdos y consensos, "un buen ejemplo es la línea 3", argumentaron ambos, pero también dejaron claro entre líneas de sus discursos que las posiciones siguen divergentes.
Debates serios y estériles "Hay que ser capaces de consensuar proyectos importantes para este país y más en este momento de crisis en el que estamos poniendo las bases del futuro", aseguró el diputado en una alocución sin texto previo. A su juicio, "en muchas ocasiones, el plantear debates de regate en corto y debates políticos para sacar la cabeza, para marcar territorios o para buscar un titular de prensa, no sé si muchas veces es el mejor procedimiento para construir país". Expuso su "obsesión por el consenso y por ver un poquito más allá de lo que tenemos delante".
El lehendakari le contestó asegurando que "el consenso nace de los debates serios", aseguró que él también se quiere alejar de "debates estériles", pero advirtió de que "es imprescindible el debate serio y profundo de la realidad". "Es imprescindible contrastar modelo y propuestas para alumbrar la luz del acuerdo", dijo, para insistir en que "lo que no se va a aceptar de ninguna de las maneras, creo que por nadie, son imposiciones de parte que determinen el futuro de todos". En su opinión, "juntos podemos dar el ejemplo de lo que hay que hacer en este país", por lo que instó a debatir y contrastar modelos para "alumbrar la luz del acuerdo que necesitamos para mejorar este país entre todos".
Por su parte, Arriola reconoció que "la construcción de la línea 3 está en marcha desde el pasado verano" en el tramo que va desde Etxebarri hasta Txurdinaga. Un itinerario de 2,6 kilómetros de longitud, que albergará las estaciones de Otxarkoaga y Txurdinaga, que cuenta con un plazo de 39 meses de obra y que costará 64,3 millones de euros. Los tramos a los que se dio el pistoletazo de salida oficial ayer son los otros dos grandes tajos. El Txurdinaga-Casco Viejo supondrá un desembolso de 35,60 millones de euros para construir kilómetro y medio de túnel, con la estación de Zurbaranbarri incluida. La contrata tiene dos años y medio para finalizarlo. El denominado tramo Uribarri consta de 800 metros de recorrido, y tiene a la estación del mismo nombre como elemento central. Su presupuesto se eleva a 27,5 millones y se prevé que en 29 meses esté concluido.
Trabajo por delante Pero todavía queda mucho tarea. Ahora mismo está en licitación la construcción de la estaciones de San Antonio de Etxebarri y Matiko, y en breve saldrá a concurso las obras de la nueva parada de Casco Viejo que diseñará Norman Foster. Este punto será la perla del trazado al convertirse en gran intercambiador donde confluirán las líneas 1, 2 y 3 del metro. En total, la línea 3 atenderán en sus siete estaciones a 70.000 bilbainos de los barrios altos del norte de la villa y su coste se elevará a 185 millones. Un dinero que financiarán al 50% el Gobierno vasco y la Diputación de Bizkaia.