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Pioneros de la trikitixa en Zaldibar

Balendin Lasuen reúne en su último cuaderno de historia a los primeros acordeonistas locales

Zaldibar

EL instrumento musical del acordeón cumple 180 años de su invención atribuida al austriaco Kiril Damian, en Alemania, en 1829. El francés Charles Buffet lo perfeccionó. Ahora, el ex alcalde de Zaldibar, el incansable investigador Balendin Lasuen, recopila en su último cuaderno de historia local a los trikitilaris pioneros en esta anteiglesia.

Lasuen recuerda que tanto los txistularis como los acordeonistas llevan más de siglo y medio ofreciendo animación a las fiestas populares de Zaldibar.

Al parecer, fue el 15 de septiembre de 1957 cuando, a juicio del escritor, "se pudo ver y oír (a acordeonistas) sobre un tablado, con motivo de un concurso organizado por la Sociedad Coral, donde participaron 10 parejas de trikitilaris, en la modalidad de acordeón grande acompañado de pandero".

El certamen resultó un acontecimiento importante, dado que era desconocida la especialidad musical, "aunque de forma esporádica se oía por la radio". El acordeonista zaldibartarra José Mari Iriondo se alzó con el segundo premio acompañado de un panderojole del que sólo se tiene el dato de que se llamaba José.

El acordeón diatónico -el pequeño, en Euskadi conocido de forma popular como trikitixa- comenzó a tener mayor presencia en la localidad a partir del año 1983, según data Lasuen, ex delegado territorial de Cultura de Bizkaia en el Gobierno vasco.

Es más, la tradición es tal que el campeonato de Euskal Herria de esta modalidad musical se realiza cada año en Zaldibar. El poso llega de los diez primeros acordeonistas que Lasuen recopila en su última obra. "Siete de ellos iniciaron sus actuaciones en las plazas públicas, allaé, en la década de los años 30, ejecutando piezas bailables", anota en el cuaderno difundido por todos los hogares del municipio vizcaino.

Aquellos inicios Los acordeonistas comenzaron, por lo tanto, en solitario. Más adelante, Nicolás Elorriaga formó pareja con su hermano Txomin. Éste había comprado una batería -instrumento de percusión- y se dieron a conocer como Jazz Band, nombre que aparecía en el bombo.

"Resultó una interesante novedad entre la juventud de aquella época escuchar al acordón con el acompañamiento de jazz", valora Lasuen.

La lista de los primeros trikitilaris zaldibartarras es la siguiente: Rafael Bildosola Gorritxategi, Benito Urizarbarrena Garitaonandia, Nicolás Elorriaga Zurikarai, Juan Areitio Zurikarai, los hermanos Valerio y Pedro Aldalur Egiguren, Arturo Zuloaga Vázquez, Martzel Urizar Zurikarai, Tomás Jainaga Iza y José Mari Iriondo Mendizabal. "Puede ser que algún zaldibartarra más supiera tocar el acordeón por su cuenta, pero los primeros conocidos son éstos", matiza el autor de los, hasta la fecha, veintiocho cuadernos de historia local de Zaldibar.

Algunos intérpretes eran también compositores, caso de José Mari Iriondo que cuenta con al menos diecisiete partituras propias, entre las que hay trikitixas, fandangos y porrusaldas. El último fandango lo ha rubricado en 2009 bajo el título de Garasolo. Su primera obra data de 1960 y lleva por nombre Zaldibarko trikitixa.

Lasuen cita en su trabajo de recuperación de memoria histórica, a ocho acordeonistas más que aún no siendo de Zaldibar, eran muy conocidos en la localidad. Eran: Hilario Intxaurraga, Benito Arriola, Miguel Sagastume, Jose Goiarzun, Félix Aranzabal, Juan Zelaieta y Pedro Sodupe. Todos ellos hicieron bailar a los alegres zaldibartarras.