En pleno periodo de matriculación, los padres y madres del colegio Jesús María todavía no saben qué pasará con sus hijos en el próximo curso escolar. La fusión entre el colegio citado y Jesuitinas dará paso a Zabalbide, un nuevo proyecto educativo que busca consolidarse en la oferta actual de colegios que están repartidos por la capital vizcaina. “No nos vinieron a contar el proyecto educativo que hay allí”, señala un padre del colegio afectado en una conversación con este periódico, haciendo referencia a la situación que vivieron cuando comenzó este cambio. Según añade, fue con el paso de los días cuando comenzaron a recibir información al respecto.
De hecho, el padre recuerda que el periodo de matriculación comenzó sin que “el nuevo nombre” estuviese “en la plataforma del Gobierno vasco”. En esta dirección, expone que si se accede a la plataforma de matrículas, en Ikasgune, “da la opción de Jesús María y Jesuitinas, no de Zabalbide”.
Comedor y transporte son dos de los temas que están sobre la mesa y que mantienen en vilo a las familias afectadas. Respecto al primero de ellos, han recibido información “a cuentagotas” mientras que, sobre el transporte, les indicaron que no se lo aseguraban porque “depende del número de matrículas”. “Si vives en Bilbao puedes tener una parada más o menos cerca”, expone este padre.
En este caso, “te ves obligado a matricular en sitios en los que tengas por lo menos el transporte asegurado”. Tal y como este padre cuenta a DEIA, cerca del 15% de los alumnos del colegio Jesús María provienen de Castro. “¿Qué pasaría en este caso?”, se pregunta. Además, al fusionarse los dos colegios, los profesores temen que puedan perder su puesto de trabajo por lo que el personal del colegio Jesús María “se van a ir a la huelga también”.
En el grupo de padres y madres están anunciando que sus hijos o hijas se cambiarán de colegio. Por este motivo, solicitan que el Gobierno vasco considere el Jesús María como un cierre. “No queremos que nos aporten facilidades pero por lo menos que nos dejen elegir dónde vamos a llevar a nuestros hijos”, justifica. Este cambio le está suponiendo un problema imprevisto. “Es un problema que nos ha venido, matriculas a tu hija en un colegio y te olvidas”, identifica. Por ello, se encuentran con un problema ya que “los colegios no tienen sitio”.
Los más propensos a cambiarse de colegio son las y los niños de menor edad. “Cuanto más mayor sean más pena te da por sus amistades”, apostilla. “¿Qué pasa con los hermanos?”, se vuelve a cuestionar. “Puede ser que tenga sitio para uno y no para otro, que tenga que llevar a uno aquí y otro allá”, expone este padre ejemplificando un caso que les han comentado en diferentes colegios. Unas cuestiones a las que las familias afectadas esperan tener una respuesta lo antes posible.