Uno de cada tres bilbainos y bilbainas posee carné de biblioteca municipal y su uso cada vez es más habitual. De hecho, el balance efectuado por el Ayuntamiento de la villa reseña como el pasado año la actividad ha vuelto a la normalidad tras los efectos de la pandemia y se ha incrementado la asistencia en casi un 25% con respecto al ejercicio anterior al alcanzar las 662.000 visitas.

Muchas de ellas serán de los lectores recalcitrantes que encuentran en las estanterías municipales y los fondos de internet las últimas novedades editoriales o viejos libros por descubrir. Pero llama la atención que actualmente son 118.904 las personas que poseen el pase para sacar libros, una cifra elevada que el pasado ejercicio se engordó con 3.637 personas que solicitaron el carné.

Más masa social que también ha supuesto más prestamos de publicaciones, un total de 312.79, que implican un 11,7% más con respecto a los que se realizaron en 2022. Esta acumulación indica una media de más de 1.100 préstamos por día de apertura.

Los ordenadores públicos registraron también 18.428 sesiones, es decir, un ascenso del 10% con respecto al año anterior, aunque según reconocieron fuentes municipales “la tasa de ocupación es baja”.

Aun así la oferta de actividades y servicios ha recuperado su ritmo habitual con datos parejos a los que se recogían en el año 2019.

Pero no solo se va a leer a las 16 bibliotecas que componen la red que depende del Consistorio bilbaino. Durante el pasado año estos espacios culturales acogieron 562 actividades, de las que disfrutaron 7.244 personas; que sumadas a las 8.046 que participaron en el programa Udako Liburutegiak que se realiza en diferentes plazas de la ciudad durante la época veraniega, suponen un total de 15.290 participantes, un 14% más que las que hubo en 2022. En cuanto al servicio de acceso a internet, también ha habido ascenso: se registraron 16.279 sesiones en los ordenadores de uso público de las bibliotecas, que supone un ascenso del 10% con respecto a las que se llevaron a cabo en el año anterior.

El balance también aporta qué leyó la ciudadanía de Bilbao. Entre los adultos en castellano: Solas, de Javier Díez Carmona, y El libro negro de las horas, de Eva García Sáenz de Urturi, mientras que en euskera han sido Bar Gloria, de Nerea Ibarzabal, y Gari eta goroldiozko, de Anari Alberdi Santesteban.

En cuanto a libros infantiles y juveniles en castellano destacaron los cómics Naruto, de Kayoko Kishimoto, y One Piece, de Eiichiro Oda. En cuanto a euskera las publicaciones más requeridas fueron Dinosauroak, de Mattero Gaule; Ibilgailuak, de Simon Miller; y Cube Arts, de Tomomi Usui.

Red de bibliotecas

16

Bilbao gestiona la biblioteca central, la de Bidebarrieta; dos de Distrito, Deusto y Begoña; 12 de barrio: Basurto, San Ignazio, Zurbaranbarri, Castaños, Otxarkoaga, San Francisco, San Adrián, Irala, Ibaialde, Rekalde, Zabala y Zorro-tza; y el punto de servicio de Buia.