El Ayuntamiento de Bilbao contacta cada año con 4.200 bilbainos para prevenir situaciones de soledad, una de las principales líneas estratégicas del área de Acción Social y que se complementa con otras iniciativas, como el centro de atención diurna Aukeragune. El concejal responsable del departamento, Juan Ibarretxe, ha presentado este lunes las principales partidas para el próximo año, dentro de un presupuesto de 59 millones de euros con el que se atenderá a 96.000 personas.

El presupuesto del área de Acción Social crecerá 1,7 millones de euros, en línea con la tendencia ascendente de los últimos años. Y es que, según ha explicado Ibarretxe, las necesidades sociales siguen incrementándose año tras año. Actualmente, se atiende a 96.000 personas, entre ellas 5.550 familias, incluyendo los servicios sociales de base y los diferentes programas. "El factor post-covid nos generó un efecto suelo y ahora los estamos recuperando; por eso ese incremento de casi dos millones de euros en el presupuesto. Sobre todo se ve en el servicio de ayuda a domicilio de mayores, en familias desahuciadas, en situaciones de grave exclusión...", detalla el concejal.

De cara al próximo año, el área quiere abordar cinco retos: atender las situaciones de urgencia social, incrementar los programas de protección a personas y familia, mejorar la atención a personas sin hogar, los nuevos ingresos en viviendas comunitarias y ahondar en la prevención de las situaciones de soledad. "Este incremento de 1,7 millones de euros nos permite consolidar un presupuesto garantista para abordar estos retos", ha confiado Ibarretxe.

A grandes rasgos, el 15,9% del presupuesto se destinará a los servicios sociales de base; un 11% a menores, familias y discapacidad; otro 42% a personas mayores; el 21,55% a inserción social, y el 5,8% a alojamientos de urgencia.

Soledad en mayores

Dentro de la atención a las personas mayores, destaca la dotación del servicio de ayuda a domicilio, que atiende a 3.741 personas con 18,1 millones de euros y con el objetivo de que puedan vivir "el mayor tiempo posible en su hogar siempre que su calidad de vida esté garantizada". En este ámbito se trabaja también con ahínco en prevenir las situaciones de soledad, a través de diferentes iniciativas. Por un lado, Mirada Activa Berria contacta por teléfono cada año -por franjas de edad- con unas 4.200 personas para comprobar cómo se encuentran. "Les llamamos al teléfono de casa y si en unos cuantos intentos no les localizamos, avisamos a la Policía Municipal para que se acerquen a comprobar que no haya ningún problema. En algunos casos, los propios vecinos te dicen que sí le ven pero que no para quieto en casa, pero en otros también nos hemos encontrado una sorpresa ingrata...", admite Ibarretxe.

Esas llamadas se completan con una red de antenas sociales -centros de salud, servicios sociales, farmacias o asociaciones de vecinos- que alertan de situaciones de aislamiento, encuentros para tomar un café o el proyecto piloto Aukeragune que se desarrolla en Otxarkoaga. Se trata de un centro de día para fomentar la autonomía de las personas mayores, a través de actividades como risoterapia, ejercicio físico o visionado de películas.

Comedores sociales

El concejal también se ha referido a los tres comedores sociales que existen en Bilbao -Conde Aresti, Irala y Gertu- y cuya demanda se prevé que crezca un 10% el próximo año; cada ejercicio, son unas 4.300 las personas que desayunan, comen y cenan en ellos. Por ello, su dotación crecerá hasta rozar el millón de euros. El perfil más extendido es el de una persona recién llegada a Bilbao o que se encuentra en una situación de exclusión grave, por lo que "las fluctuaciones son bastante grandes".

Las familias que tienen dificultades para cubrir sus necesidades de alimentación se las deriva al supermercado social de Lagun Gunea, en Santutxu, que en breve se complementará con un segundo local en Basurto, y que trata de evitar esas "colas de la vergüenza" de los repartos de alimentos. Hoy en día más de 5.000 personas acuden a este establecimiento. "Puede ser cualquier vecino nuestro, que en un momento tiene una ausencia o reducción de ingresos, y pide un apoyo al Ayuntamiento para poder llevar comida a casa", señala el concejal, que se apoya con un servicio de orientación para que esa familia pueda recuperar su independencia.