Resultan imprescindibles para conducir con seguridad por la noche y para que los peatones puedan caminar sin miedo a sufrir algún sobresalto, pero también resaltar la belleza arquitectónica de edificios y obras de arte. No obstante, el alumbrado público debe mantener un equilibrio para que su uso sea lo más eficiente posible, de forma que su factura y su consumo no se disparen, y no se caiga en una excesiva contaminación lumínica. Con todos estos elementos, el Ayuntamiento de Bilbao va a realizar una auditoría energética de los 46.362 puntos del alumbrado público de la ciudad de cara a mejorar la eficiencia y el ahorro energético de estas instalaciones y limitar la contaminación lumínica.

No es una cuestión baladí; el alumbrado público supone en Bilbao alrededor del 30% del consumo energético municipal. Y no hay que olvidar que para 2030, dentro de tan solo siete años, Europa obligará a la capital vizcaina a reducir un 35% su consumo energético. La crisis climática aprieta como también lo hacen los precios al alza de los precios de la energía, por lo que la urgencia en la adopción de decisiones es patente, también para el botxo y sus casi 350.000 habitantes.

Bilbao cuenta con 46.362 puntos de alumbrado público distribuidos en calles, carreteras, parques, pasos subterráneos o elementos ornamentales, entre otros. Borja Guerrero

El alumbrado público de la capital vizcaina cuenta actualmente con 46.362 puntos de luz, la mayoría de ellos dirigidos a iluminar las calles y carreteras de la villa. Y es que las farolas y báculos que se distribuyen por sus calles son de distinto tipo, dependiendo de dónde están situadas. Por una parte está el alumbrado vial, que engloba todas las instalaciones de alumbrado destinadas a iluminar las calles y carreteras con tráfico motorizado y peatonal. En estos casos, su finalidad es la de garantizar la seguridad de los conductores, ciclistas y viandantes, así como evitar que estos últimos, principalmente, puedan ser víctimas de delitos al facilitar su vigilancia.

Siete de cada diez puntos de luz que existen en Bilbao son de este tipo y están instalados en calles y carreteras de diferente densidad de vehículos, peatonal o comercial –la mayoría, hasta un total de 19.000, se ubican precisamente en zonas residenciales y comerciales por donde se producen un gran número de desplazamientos a pie–, además de glorietas y rotondas.

Luego está el alumbrado que se sitúa en zonas eminentemente peatonales con el objetivo de proporcionarles seguridad en sus desplazamientos, al ser espacios más aislados, así como facilitar su vigilancia y evitar que se produzcan delitos. Son, por ejemplo, parques y jardines, plazas –estos tres tipos de espacio son los que más se iluminan en el caso de Bilbao–, pasarelas peatonales, escaleras, rampas, aparcamientos al aire libre, pasos subterráneos peatonales, zonas deportivas abiertas, y túneles o pasos inferiores. En ellos hay dispuestas hasta 12.160 luminarias, un 26% del total de las que existen en toda la villa.

Y finalmente están los puntos de luz ornamentales, que se colocan para resaltar los elementos singulares de la ciudad y destacar su valor histórico, arquitectónico, social o estético durante la noche. Aquí se engloban, por ejemplo, las fachadas de los edificios; obras de arte como monumentos, estatuas o esculturas; alumbrado paisajista de ríos y parques, o estructuras como puentes o torres. Representan únicamente un 4% del alumbrado total.

Solo el 22% son LED

El análisis del inventario del alumbrado público muestra además que más del 75% de las luminarias de la capital vizcaina están equipadas con lámparas convencionales, siendo solo un 22% de los puntos de luz los que cuentan con tecnología led, que permiten un ahorro de entre un 40 y un 60% frente a un equipo convencional. Desde 2020 se han instalado más de 2.900 nuevos puntos. Solo hasta agosto del año pasado, habían sido sustituidos 545 puntos de luz e instalados 195 nuevos; en 2021 se reemplazaron 810 y se colocaron 611 nuevos, y en el año de la pandemia se sustituyeron 444 y se instalaron 296 nuevos.

El Ayuntamiento de Bilbao sigue trabajando para ser más eficiente en la energía que consume. Para 2030, según la normativa europea, deberá reducir un 35% su consumo energético, y este mismo año deberá contar ya con un plan de ahorro, para lo que se están realizando auditorías energéticas de todos los edificios y servicios municipales. Con las conclusiones de esos documentos se trazará una hoja de ruta que será de obligado cumplimiento para todas las áreas municipales, comprometidas con el ahorro energético, la eficiencia y la sostenibilidad.

Entre ellas se encuentra esta que se va a elaborar ahora en torno al alumbrado público exterior, con la que se quiere conocer el funcionamiento y las prestaciones de las instalaciones actuales; el estado de sus componentes; sus sistemas de regulación, control y seguridad; sus consumos energéticos, y sus costes de explotación. El objetivo es adaptar estas instalaciones a la normativa vigente, mejorar la eficiencia y el ahorro energético, y limitar la contaminación lumínica.

Esta auditoría permitirá, tras una toma de datos y mediciones previas, realizar un análisis exhaustivo y en profundidad de las instalaciones, con el fin de evaluar la calidad del servicio e identificar posibles modificaciones y mejoras. Todo ello para conocer cuáles son las inversiones que es necesario llevar a cabo para adaptar las instalaciones del alumbrado público exterior a la normativa vigente.

Los esfuerzos por acoplarse a los nuevos tiempos se hicieron más evidentes con el decreto sobre ahorro energético publicado por el Gobierno español el verano pasado, pero Bilbao lleva ya tiempo transitando hacia una economía verde y descarbonizada. El alumbrado ornamental de la Casa Consistorial, la Plaza Nueva, la basílica de Begoña, las iglesias de San Vicente, San Pedro de Deusto, La Encarnación o San Antón se apagan a las 22.00 horas, pero también se llegó a un acuerdo con el concesionario para que las marquesinas municipales también se apaguen entre la una y las seis de la madrugada, algo que no era obligatorio por ley.

También se han ido ensayando y consolidando procedimientos y medidas en materia de mejora de la eficiencia energética en edificios e instalaciones municipales –como cementerio, polideportivos…– y descartando modelos de producción obsoletos –y caros– como las cuatro plantas de cogeneración existentes en la villa. El cementerio, las cocheras de Elorrieta, o las comisarías y el parque de bomberos lucen su particular colección de paneles solares, lo que contribuye a que las palabras autoconsumo y autoabastecimiento empiecen ya a ser de uso más común. La otra clave en la estrategia para reducir la demanda energética es la geotermia, que también avanza en Bilbao.