Los trabajos para estabilizar la ladera del Peñaskal, que tuvieron que encargarse de urgencia por el peligro de que se produjeran deslizamientos, terminarán a finales de este año. La conclusión de las obras permitirá comenzar, en esas mismas fechas, la construcción del bloque de 84 viviendas protegidas para acoger los primeros realojos previstos dentro del plan para renovar el barrio bilbaino.

Nada más arrancar en 2021 las obras de urbanización de esa parcela, situada en el camino Iturrigorri, comenzaron a producirse deslizamientos en la ladera colindante y hubo que tramitar de urgencia un proyecto para estabilizar la ladera; de hecho, tras las intensas lluvias de finales de 2022, se produjeron varios derrumbes. Además, la roca que se suponía iba a estar a una profundidad de 6 metros se encontraba realmente a 18 –los primeros sondeos no se pudieron hacer in situ debido a que en aquel momento todavía había viviendas en la zona– y, en lugar de tierras y roca, que en principio iban a destinarse a rellenos en Gardeazabal, se encontraron basuras y escombro de demolición, restos de las avalanchas de las inundaciones de 1983.

Está previsto que los trabajos de la segunda fase comiencen en abril y culminen a finales de año, según señala el director de Vivienda, Suelo y Arquitectura del Gobierno vasco, Pablo García Astrain. Paralelamente, el departamento de Planificación Territorial, Vivienda y Transportes irá licitando las obras las 84 viviendas protegidas donde se realizarán los primeros realojos y permitirán comenzar los derribos que renovarán el barrio.