Muchos y muchas bilbainas se han echado hoy por la mañana a las calles respondiendo así a la llamada del sol dominguero de diciembre, que incluso ha traído consigo algo de calor. Así lo corroboraban las calles del Casco Viejo y los alrededores de El Arenal. 

Además de ir en busca de las rabas y el marianito, buena parte de aquellos que han pasado el fin de semana en la villa se han acercado a descubrir la Navidad en ambas márgenes de la ría. Si bien el miércoles por la noche se dio la bienvenida oficial a esta época con el encendido de luces, todavía había quien no había paseado por otro de los puntos más emblemáticos en estas fechas: el Mercadillo de Navidad.

En el Muelle de Ripa, estas 20 casitas de madera son el epicentro de las compras para todos y todas aquellas que busquen un detalle original, de comercio local y artesanal. Para los que quieran un regalo para alguien o para sí mismos y también para los que estén poniendo a punto su hogar tal y como estas fechas lo piden. ¿Qué se puede encontrar aquí? Bolas para el árbol, cinturones de cuero, tazas ilustradas, etc. ¡Ojo! Aquí es muy fácil ir con un objetivo de compra fijo y al final llevarse algo distinto tanto a las manos, como a la boca. 

“Pan, bollería, tartas… Somos un obrador que hacemos todos nuestros productos sin gluten y sin leche”, contaba Marisa, desde su puesto Margora Bakery. “Ahora mismo tenemos galletas, pan, polvorones, pan de pasas y nueces, persianas… A las personas celíacas o intolerantes a la lactosa les resulta muy complicado encontrar estos productos ya que en los supermercados habitualmente no hay”, explicaba. Estos comerciantes llevan desde el viernes trabajando aquí y afirman que “la cosa va muy bien”, incluso en las jornadas de mal tiempo. “Durante estos días, la gente necesita productos para Navidad y, claro, son fechas en las que todo el mundo come de todo y no importa tanto gastar un poco más en estas cositas”, añadía. 

Poco después de la una y media del mediodía, Xabier ya había vendido todo el pan que tenía previsto para el día. “Parece que la gente ha venido con muchas ganas”, decía este trabajador del obrador Bizkorna, situado en Arrigorriaga. “Como no vamos a cerrar la caseta, hemos tenido que sacar todas la cervezas que tenemos. No es cualquier cerveza: es de trigo y la hacemos utilizando nuestros restos de pan”, detallaba mientras colocaba unas galletas que también producen en el obrador. 

Como a nadie le amarga un dulce, habrá que seguir con ellos, porque en este espacio hay variedad. “Hemos arrasado con las garrapiñadas, también llevamos algún paquete de pipas, pero es que nos gustan mucho. A fin de cuentas, esto es mucho más casero, incluso recién hecho porque muchas veces lo que venden lo han elaborado por la noche”, contaban Kontxi y Lauro. Esta matrimonio reconoce que en el puente les “gusta venir a estos puestitos porque tienen cosas muy ricas e interesantes”. 

Para algunos pueden estar ricas y para otros no tanto, pero desde luego pueden presumir de interesantes y originales. Vodka con naranja, tequila con limón o un mojito. No es un bar, sino los ositos de gominola con alcohol que Julen Justa vende en su puesto. “La gente que se acerca busca algo distinto. En estas fechas vienen las cenas de empresa y los amigos invisibles y esto es una manera muy original de presentarte con la tradicional botella de vino o llevando el alcohol de una manera mucho más divertida”, mantenía este vendedor. 

Comercio con valores

Este mercado pretende fomentar la actividad del comercio local de Bilbao, así como mostrar la oferta a todas las personas que durante estos días se acerquen a la ciudad. Su horario será de 12.30 horas hasta las 21 horas, a excepción de los días 12,13, 14, 15, 19 y 20 de diciembre que abrirá a las 17.30 horas.

Como novedad, este año se ha reservado una caseta a la visibilización de la Carta de Valores y los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Se trata de un espacio de juego dirigido a las familias a través de una caja Lambe Lambe, un espectáculo teatral en miniatura de corta duración, que atrae tanto a peques como a mayores a decir por las largas colas que se forman para verlo.