Síguenos en redes sociales:

Manolita Bengoetxea: “La implantación de tantos bares nos ha perjudicado mucho”

Manolita Bengoetxea: “La implantación de tantos bares nos ha perjudicado mucho”Oskar González

Bilbao - Manolita Bengoetxe, responsable de la tienda multimarca Gili Gili, ubicada en el Casco Viejo, lo tiene claro: “La proliferación de bares y restaurantes no han beneficiado en absoluto al pequeño comercio”. En opinión de esta comerciante, es primordial la apuesta por un equilibrio, pero hubo un tiempo en el que se dio barra libre para que bares y restaurantes pudiesen implantarse en el centro histórico. No se tuvo en cuenta a los comerciantes. “Cuando empezó el movimiento de bares y restaurantes en el Casco Viejo el objetivo era concentrar el comercio en la Gran Vía, mientras que el Casco Viejo -zona turística por excelencia- querían que se llenara de hostelería. Pero aquí seguimos al pie de cañón atendiendo a nuestras clientas”, apunta orgullosa.

Bengoetxe valora que el actual equipo de gobierno, liderado por Juan Mari Aburto, haya tomado medidas para frenar la proliferación de negocios de hostelería, aunque considera que “han llegado un poco tarde”. “El mal ya está hecho”, lamenta la veterana comerciante.

Manolita Bengoetxea lleva casi tres décadas trabajando en el Casco Viejo y ha sido testigo de los cambios que han experimentado los hábitos del consumidor, así como de la propia realidad comercial a la que le ha tocado adaptarse. A pesar de ello, Manolita es crítica también con los propios comerciantes que, en su opinión, deben hacer un esfuerzo para a los nuevos tiempos. “No podemos estar todo el día quejándonos de todo. Al Ayuntamiento podemos pedirle que nos apoye para incentivar el consumo”, lanza. La comerciante reconoce que aunque en su caso mantienen “bien las ventas”, ha habido épocas complicadas y levantar todos los días la persiana no es nada fácil. De hecho, Bengoetxea ha visto cómo delante de sus ojos muchos negocios de toda la vida han terminando cerrando. “Yo lo que gano lo vuelvo a invertir. Reconozco que arriesgo, pero estoy contenta porque tengo clientas que valoran la ropa y los complementos que tenemos en la tienda. Siguen comprando en nuestra tienda y eso te da mucha fuerza para seguir trabajando”.

La pasada semana estuvo en Italia y una vez que pase Semana Santa viajará a París para buscar esas prendas que hacen que un negocio sea único y diferente. “Esa es la clave. Trabajar para buscar y ofrecer a las clientas un producto que no hay en otro sitios. Cuesta, pero merece la pena”, concluye. - S. Atutxa