UNA de las características del barrio Otxarkoaga siempre ha sido el tejido social que lleva cultivando durante varias décadas. Álvaro Pérez Alonso lo sabe de primera mano. Forma parte de la asociación ecológica Basasagu, a quien pertenece uno de los 56 terrenos de 40 metros cuadrados de los huertos urbanos de Otxarkoaga, que se sortearon el pasado mes de julio. “La iniciativa de los huertos urbanos nos parecía algo muy interesante porque creíamos que era una buena oportunidad para enseñar a los chavales el funcionamiento de los huertos, para que así puedan participar, colaborar y que realmente conozcan el funcionamiento que tiene la naturaleza”, dijo a DEIA Pérez.
De hecho, según explicó, Basasagu comparte su terreno con otras asociaciones del barrio. La asociación es quien lo encabeza por su labor ecológica, pero también está presente Tendel, Gaztegune Sargune y la Asociación de Vecinos y Comerciantes. “Es una manera de compartir, porque somos muchas asociaciones en el barrio. Solicitamos una parcela en julio y, si vemos que la experiencia es positiva, dentro de dos años o tres, cuando se vuelva a hacer la concesión, volveremos a solicitar otra”, explicó Álvaro.
Y es que las personas adjudicatarias de una de las parcelas -se presentaron 198 solicitudes para 55 parcelas- la podrán cultivar durante dos años, con posibilidad de prórroga de uno más, y los productos que obtengan no se podrán vender a terceras personas. Una de las 56 parcelas es propiedad del Ayuntamiento de Bilbao para que sea utilizada en actividades relacionadas con la Agenda 21 Escolar.
Por eso, el teniente de alcalde y delegado del Área de Movilidad y Sostenibilidad, Alfonso Gil, visitó ayer las instalaciones de los terrenos de los huertos ecológicos urbanos que se encuentran en la parte trasera del Centro Formativo de Otxarkoaga. “Es una iniciativa maravillosa y está teniendo muy buena acogida”, expresó. De hecho, con esta actividad, impulsada por el Consistorio bilbaino, pretenden que se una la costumbre que había antaño de cultivar huertas con la de trasladar el conocimiento que supone mantenerlas. En el terreno también existe una charca de renaturalización con la que pretenden que los más pequeños vean lo que se puede generar por medios naturales con la flora y la fauna. “Ya se ha podido ver alguna rana”, dijo Gil.
90 parcelas en Artxanda Según explicó ayer Gil, tras la buena acogida que ha tenido la adjudicación de los huertos urbanos, tienen previsto sortear para el próximo año 90 parcelas en Artxanda. “Queremos que los ciudadanos vean que la sostenibilidad es uno de los elementos más importantes para preservar en el futuro”, dijo.