Bilbao - Desde el mismo púlpito que el alcalde, un atril dispuesto para la ocasión, y durante un cuarto de hora sin derecho a réplica, los portavoces de los grupos de la oposición se afanaron en resumir las principales carencias que perciben en el mandato del equipo de gobierno. Además de la falta de liderazgo de la coalición al frente del Ayuntamiento bilbaino y su incapacidad para gestionar las crisis, subrayaron el retraso en varios proyectos de ciudad. También mencionaron la necesidad de pulir las diferencias entre los barrios altos y los céntricos de la ciudad, reducir la tasa de desempleo, mejorar las políticas de vivienda o aumentar la participación ciudadana.

Como líder de la oposición, EH Bildu destacó que “Bilbao es de dos velocidades, hay una brecha urbanística y social que urge reducir”. Su portavoz, Aitziber Ibaibarriaga, criticó que la gestión de la ciudad “dista de ser modélica” y que la transparencia y la participación “no es más que papel mojado”. Asimismo, expuso que “la realidad nos dice que Bilbao está a la cola de este país en lo que respecta a los indicadores socioeconómicos” y destacó que “lo sucedido recientemente en Zorro-tza ha evidenciado ese Bilbao de dos velocidades muy alejado de las icónicas fotos de las guías turísticas”.

Centrando su discurso en otras prioridades, Luis Eguíluz, portavoz del PP, censuró que “Bilbao está estancada, su funcionamiento obedece más a la inercia de lo ya obtenido en el pasado”. En ese sentido, criticó que el PNV lleva 40 años gobernando la ciudad, lo que les conlleva a perpetuarse en el poder y a estar acomodados. “El suyo es un gobierno que no ha sabido imprimir el liderazgo que una ciudad como Bilbao merece”, consideró Eguíluz, quien citó retrasos en proyectos como Zorrotzaurre, Punta Zorrotza o el polideportivo de San Mamés. Asimismo, el popular aprovechó la coyuntura para afirmar que su partido es la “alternativa al nacionalismo” en una ciudad que “pasa por tres pilares: Euskadi, España y Europa”.

Por su parte, Carmen Muñoz, portavoz de Udalberri, expuso que Bilbao está “muy lejos de ser una ciudad verdaderamente inclusiva, participativa e integradora” y reclamó al Gobierno municipal medidas para incidir en la lucha contra la exclusión social, trabajar por la igualdad “real” entre hombre y mujeres, y planificar un “urbanismo realmente sostenible y humanamente estratégico”. Asimismo, Muñoz solicitó que se “rompan las dinámicas de gestión basadas en la dicotomía centro-periferia” y reivindicó que el PGOU, en proceso de revisión en este momento, debe ser “un instrumento para la cohesión social y económica”.

Desde su escaño, Samir Lahdou, portavoz de Goazen Bilbao, fue el primer concejal en intervenir. “Nuestro objetivo es conseguir que el pesado buque municipal vire del centro a los barrios altos”, aseguró. Por otra criticó que el Casco Viejo y Bilbao La Vieja están perdiendo su “sentido de barrio” y “cada vez se parece más a una atracción de pintxo-pote”. Asimismo, expuso que todo está en stand by, como el “soliviantado vecindario de Rekalde, a la espera de que llegue a su barrio la línea 4 o la eliminación del viaducto”, además de “Zorrotza con el soterramiento de las vías del tren”.

Equipo de Gobierno También tuvieron opción a departir los portavoces del PNV y PSE, quienes insistieron en apelar a las formaciones de la oposición a trabajar “juntos” en los principales proyectos de la capital. Nekane Alonso, portavoz del PNV, destacó que el partido que representa y el PSE “supieron forjar un plan de gobierno lleno de retos, de propuestas para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, impulsar el empleo y la actividad económica”. Además, consideró que los partidos de la oposición “también tienen su responsabilidad”, ya que estar en la oposición no solo es “quedarse en el no”.

Por su parte, Alfonso Gil, portavoz del PSE, afeó a los grupos de la oposición haber manifestado en el pleno “mucha crítica, pero pocas soluciones”, aunque señaló que “no es tarde para seguir construyendo la ciudad juntos”. Según indicó, el Gobierno “tiende la mano”, sabe que “la pluralidad es una fortaleza” y tiene proyectos que “van a seguir haciendo crecer la marca Bilbao”. El edil socialista también subrayó que en la ciudad “hoy hay menos pobreza y, por lo tanto, hay más cohesión social” y remarcó que “la progresividad” fiscal es “una seña de identidad” en el Ejecutivo.