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El vuelco de un camión en la A-8 colapsa el tráfico en Bilbao

Las retenciones, con colas de treinta kilómetros, duraron toda la tarde tras perder un tráiler su carga a la altura de Miribilla Durante la noche continuó el corte para cambiar el asfalto

El vuelco de un camión en la A-8 colapsa el tráfico en BilbaoBorja Guerrero

Bilbao - Más de treinta kilómetros de atascos y retenciones. La red viaria metropolitana hipotecada toda la tarde de ayer. Miles de conductores atrapados en las colas y miles de horas de trabajo perdidas. Un corte en la A-8 que se prolongó toda la pasada noche. Estas son las consecuencias más importantes del accidente de tráfico ocurrido a primera hora de la tarde de ayer en la autopista, a la altura del barrio de Miribilla, en el que un camión cisterna volcó y perdió buena parte de su carga líquida. El conductor del transporte quedó atrapado y los bomberos tuvieron que rescatarle. En principio, sus heridas no revisten gravedad.

Todas las alarmas saltaron a la 15.57 horas cuando SOS-Deiak recibió el aviso de que un camión cisterna había volcado y su carga líquida se desparramaba por el asfalto.

El protocolo de seguridad para estos casos fue activado de inmediato y al lugar se dirigieron efectivos de Ertzaintza, Osakidetza, así como bomberos de Bilbao y de la Diputación. Lo primero fue atender al conductor del camión que minutos antes había abandonado la Variante Sur Metropolitana y, en su incorporación a la A-8, perdió el control del vehículo, que hizo la tijera, lo que provocó que chocara con la mediana y posteriormente volcara. El camión quedó atravesado y ocupó prácticamente el ancho de la calzada en sentido Donostia.

Los bomberos tuvieron que intervenir para desencarcelar al chófer, que había quedado atrapado en la cabina, antes de ser trasladado en ambulancia al Hospital de Basurto, donde fue atendido de heridas que, según indicó la Ertzaintza, carecían de gravedad.

Mientras tanto, los efectivos desplazados intentaron evitar que la cisterna fracturada perdiera su contenido, pese a que el material transportado, ligdosulfonato amónico en estado líquido, no era peligroso. Según fuentes municipales, el camión pertenece a la empresa Travesa, procedía de Ciudad Real y su destino era la empresa Tecsa.

Pasada media hora después del siniestro, las caravanas ya eran importantes en la A-8 en dirección a donde se encontraba el lugar del accidente. Las retenciones fueron creciendo y la cola llegó primero a los nuevos accesos a Bilbao por Basurto, luego a las curvas de Zorrotza y, finalmente, hasta Cruces.

En este punto fue donde la dirección de Tráfico decidió poner la primera patrulla de la Ertzaintza para desviar el tráfico y activar el dispositivo de rutas alternativas que los técnicos preveían que iba a durar horas. También quedó prohibido el tráfico de entrada a la Variante Sur Metropolitana, ya que la salida en Bilbao estaba bloqueada por el accidente del camión siniestrado.

Rutas alternativas Todo el tráfico proveniente de Cantabria por la autopista fue orientado por las patrullas policiales hacia el puente de Rontegi y, posteriormente, hacia el corredor del Txorierri, itinerario secundario para los vehículos que se dirigían hacia Donostia.

Los conductores que salían de Bilbao y los que querían tomar la autopista AP-68 hacia Gasteiz fueron derivados por Miribilla y el puente de Miraflores hacia Bolueta para tomar la carretera N-634. Desde esta vía, en concreto desde el cruce de Irubide, podían retomar la A-8 o la AP-68 según el destino de los conductores.

Lógicamente, estas dos vías de escape también se saturaron desde que empezaron a admitir los coches desviados. En el Centro de Gestión de Tráfico que la Diputación tiene en Malmasin, los tramos empezaron a pintarse de rojo y morado en el panel de seguimiento para identificar el tráfico muy denso y parado.

Prohibido el paso por la autopista y con todas las emisoras de radio avisando de la saturación de los recorridos secundarios, los conductores se buscaron la vida por en otro tipo de vías, que también registraron serias caravanas. Ejemplo de ello fueron la carretera hacia Santo Domingo o la vieja carretera entre Zorrotza y Basurto que estuvo atascada hasta bien entrada la noche.

Curiosamente, a esas horas el tramo de la autopista colapsado durante las dos horas posteriores al accidente se fue liberando, al escapar por las rutas alternativas los conductores atrapados en él. También hubo circulación densa en sentido contrario por la autopista y el intercambiador de Cruces registró una de sus tardes más complicadas.

En el punto crítico, el kilómetro 115 de la A-8, los técnicos forales y los especialistas de Medio Ambiente analizaron las consecuencias del vertido y esperaron la llegada de otra cisterna de la empresa para cargar el producto que aún retenía el tanque. El transbordo era necesario para que una gran grúa retirara el camión accidentado. De los 24.000 litros que portaba, 16.000 terminaron derramados sobre el asfalto. Al parecer, su impregnación con el líquido derramado suponía un riesgo para el tráfico, por lo que los técnicos decidieron retirar la capa superior, fresar la inferior y reasfaltar el tramo de autopista afectado. Una operación que se prolongó durante toda la madrugada, con la intención de reabrir la autopista lo antes posible.