LOS hombres con el tiempo pueden deteriorarse o mejorar, pero no cambian”. Y esa parte natural de las personas que no cambia es lo que ha querido plasmar Jesús Mari Lazkano en el retrato que ha pintado del que fuera alcalde de Bilbao, Ibon Areso, y que desde ayer ya forma parte de la sala de alcaldes del Ayuntamiento.
No solo la presentación del cuadro, el acto en sí fue un reconocimiento a la trayectoria política de Ibon Areso, un hombre con un largo historial municipal y muy querido por sus compañeros. Algunos de ellos fueron invitados por el propio exalcalde para compartir ayer la presentación de su cuadro. Pedro Barreiro, Mikel Ocio, Ángel Nieva o el propio Josu Ortuondo compartieron el momento con el resto de los concejales de la corporación. De hecho, la sala se convirtió en un improvisado photocall por el fueron pasando los ediles de los diferentes partidos que han compartido legislatura con Areso para tener un recuerdo del momento.
No pudo ocultar su emoción tanto por la presentación que hizo de su persona y gestión el actual alcalde, Juan Mari Aburto, como por el agradecimiento a que Jesús Mari Lazkano aceptara retratarle.
“He seguido su trayectoria que admiro porque considero que es uno de los mejores artistas vascos del momento. Por eso, cuando Begoña Ibarguen me preguntó quién quería que me tratara, tuve claro que si él estaba al alcance del Ayuntamiento y hacía retratos, para mí sería un honor”.
Mayores dimensiones El retrato, que tiene un tamaño algo superior a los expuestos, 150x150 cm, representa el cuadro número 23 de la Sala de Alcaldes. Lazkano ha plasmado a Areso en posición erguida y portando en su mano la makila de alcalde. Pero, en el óleo se puede contemplar además del retrato una vista panorámica de Bilbao desde Artxanda. “Bilbao aparece representado como si fuera una maqueta en el que son claramente diferenciables algunos de los proyectos más significativos de los que el alcalde Areso ha sido impulsor en su larga trayectoria municipal como el Museo Guggenheim, el Palacio Euskalduna, Abandoibarra, la Torre Iberdrola o el barrio Miribilla”, señaló Juan Mari Aburto. El alcalde puso en valor así la trayectoria de Areso a lo largo de estos años reconociendo su papel a favor de la transformación de Bilbao.
El propio Lazkano señaló que ha intentado aunar en el cuadro a los dos “protagonistas”, a Ibon Areso y Bilbao, porque “cada persona es lo que hace” y el exalcalde y la ciudad están “plenamente unidos”.
Por su parte, Aburto indicó que en esta galería está “la historia de Bilbao desde 1873 hasta la actualidad” y ahora también está el retrato de Areso, “en el que es su sitio en la historia de Bilbao”. “No hay que olvidar nunca la historia de Bilbao, ni siquiera esa parte que todos querríamos olvidar, pero que sirve para no volver a caer en los mismos errores”, añadió.
Aburto indicó que en esta galería también se refleja la evolución y transformación de Bilbao y “quién mejor para reflejar esa transformación” que Areso, que “supo tener en su cabeza el Bilbao del ayer para transformarlo en el Bilbao de hoy y en el Bilbao del futuro”.
Con la sencillez que caracteriza a Areso, el exalcalde quiso hacer partícipe de este reconocimiento a todas las personas con las que ha trabajado empezando por el propio Josu Ortuondo del que dijo que “puso los cimientos del cambio”.
La minuciosidad, el perfeccionismo y el hiperrealismo que el artista impregna a los paisajes urbanos de Lazkano permiten al espectador apreciar números detalles del paisaje urbano de Bilbao desde la transformación de Abandoibarra a la Torre Iberdrola reflejando los diferentes puentes así como la vuelta de la villa hacía la ría. Este es precisamente uno de los aspectos del cuadro con el que mas se identifica Areso, ya que una parte de su trabajo la desarrolló también en el Consorcio de Aguas. “Pintar un retrato es perseguir un imposible y para eso estamos los artistas”, señaló Lazkano.