Bilbao - Los fieles musulmanes de la capital vizcaina celebraron ayer el final del Ramadán en el recinto Bilbao Arena de Miribilla. Tras un mes de ayuno, más de 4.000 musulmanes festejaron una de las fechas más importantes dentro del calendario del islam.
Colores llamativos, túnicas impolutas y sombreros inundaron ayer por la mañana las calles del bilbaino barrio de Miribilla. Miles de fieles acudieron al evento con sus mejores indumentarias para celebrar el Ramadán que conmemora a Alá revelando el Corán -el libro sagrado- al profeta Mahoma. “Es un mes de sacrificio en el que todo lo que uno desea se debe prohibir, ya que se trata de una cuestión de costumbre”, aseguró el fiel Fouad El Argoubi. La comunidad musulmana vasca, compuesta por más de 30.000 personas, ha disfrutado del Ramadán en familia y ha sido tiempo de paz y unión entre los fieles.
Abrazos, saludos y besos han sido los protagonistas durante la celebración de la fiesta musulmana. La paz y el buen ambiente pusieron colorido al lluvioso día con el que amaneció la capital vizcaina. La ceremonia se abrió con un espacio para la oración y con un posterior sermón en el que los asistentes reflexionaron sobre los sacrificios realizados durante el mes de ayuno.
El evento recogió la satisfacción y esfuerzo de la comunidad musulmana realizada durante el mes de Ramadán y que rinde culto al profeta Mahoma. La ceremonia congregó a todos los seguidores de la religión de Bilbao y sus alrededores, convirtiéndose en una referencia musulmana en el norte del Estado. “Han venido hermanos de Leioa, Getxo y de Plentzia para compartir este día con su familia musulmana”, recalcó el presidente de la mezquita Al Furkan, Moulay Driss Sadiki.
Hacia la Integración La celebración del fin del Ramadán puso de manifiesto el esfuerzo de la comunidad musulmana y de los distintos responsables del Ayuntamiento de Bilbao, en dar un paso hacia delante para conseguir una integración entre las distintas religiones que conviven en la capital vizcaina. Una vez finalizada la ceremonia, los fieles salieron del recinto y en las distintas puertas se encontraron varios fieles que tenían como objetivo recaudar dinero para todas las personas que residen en Bilbao y que viven una situación económica y social complicada.
“Es todo un éxito haber podido reunir a muchos integrantes de la familia musulmana, pero hasta el último momento no sabíamos dónde lo íbamos a celebrar”, explicó El Nostabhaait Oukdile, secretario de la mezquita Bader. Los organizadores se encontraron con dificultades a la hora de encontrar un lugar para celebrar el final del Ramadán porque el presupuesto era “justo”. Después de varios intentos en el pabellón de La Casilla y en el de La Peña, al final surgió la oportunidad de celebrarlo en un lugar simbólico de la capital vizcaina.
La diversión también se abrió un hueco entre la oración y la reflexión de la fiesta del Ramadán. “Nos hubiera gustado traer unos hinchables para los más pequeños, pero no hemos podido hacerlo por falta de tiempo”, matizó Sadiki, quien destacó que hubieran sido la principal atracción para dinamizar el evento.
Éxito de la fiesta del fin del Ramadán, tal y como reflejaron los más de 4.000 fieles que acudieron al recinto Bilbao Arena de Miribilla.