El Riatlón llena de vida la ría
DEIA patrocinó el recorrido a nado Desde Santurtzi a Bilbao que comenzó ayer a las 9.00 horas en la localidad marinera. Los primeros participantes llegaron tres horas después y finalizaron la travesía en el embarcadero
LA ría se vistió ayer de gala. Todos los bilbainos la arroparon y lució más bonita que de costumbre. Fue el escenario perfecto para que una veintena de deportistas pusieran en práctica sus habilidades en el agua en un recorrido que unió Santurtzi con Bilbao. Una travesía que cuenta con el apoyo de DEIA. Este es el primer Riatlón que se celebró en la villa y los bilbainos lo celebraron como se la merecía. La distancia que separa la localidad marinera de Bilbao es de 13.351 metros. Pero todos los que se echaron al agua lo aguantaron como auténticos deportistas.
El objetivo principal de esta iniciativa era disfrutar de otra perspectiva de la villa nunca vista. Algo que consiguieron todos ellos. Además de eso, Jaime Caballero, David Azanza y Quim Bofill también se llevaron el premio. "Me ha encantado. Es una gozada", manifestaba Jaime, que quedó en primera posición, poco después de salir de remojo. Dos horas y 59 segundos le bastaron para recorrerse todos los kilómetros y llegar a la embarcación bajo el cálido recibimiento que le brindaron los bilbainos, que esperaban ansiosos la llegada de los valientes nadadores. "No me imaginaba ganar, pero lo he peleado mucho. En los últimos seis mil metros lo he dado todo y me he visto tentado en varias ocasiones de girarme para saber cómo iban mis compañeros pero como dice mi entrenador Jaime, haz tu vida, haz tu carrera, y olvídate del mundo", bromeaba. Su experiencia en el agua quedó más que demostrada. Jaime tiene en su haber la vuelta a Ibiza, ida y vuelta del Canal de la Mancha y el Estrecho de Gibraltar. Ayer lo demostró. "En 2009 hice una travesía desde Bilbao hasta Donostia. Estuvimos 27 horas sin parar", relataba. Además, este donostiarra no duda en quitarse sus pantalones y cambiarlos por un neopreno para colaborar con la esclerosis múltiple. "Tengo una asociación para ayudar a enfermos de ELA y me encanta poder ayudarles así".
Nueva experiencia Puntuales, a las nueve de la mañana se dio el pistoletazo de salida. Todos los cronómetros se pusieron en marcha. Una vez en el agua, los veinte concursantes nadaron a la par. En equipo. Pero después, unos cuantos cogieron carrerilla. Entre ellos, se encontraba David Azanza, que, tras una dura pelea, quedó en segunda posición. "Estoy muy cansado. Desde el kilómetro seis al trece? cuesta mucho. Ves que ya queda poco pero que no avanzas. Ves un puente, otro? y piensas, ¡jo! Cuándo llegará el puente final", aseguraba a DEIA, medio patrocinador del evento. Sin embargo, David explicaba que lo volvería a repetir. "Ha estado muy bien organizado todo, me ha encantado conocer Bilbao desde abajo".
Cuando Quim Bofill se enteró de que en la villa tendría lugar el primer Riatlón, no se lo pensó dos veces y se vino desde Catalunya solo para sumergirse en la ría y probar esta experiencia única. "He hecho más travesías pero esta ha sido muy bonita". El recorrido no fue fácil. A medida que el tiempo avanzaba, las fuerzas iban agotándose. Pero la ilusión no. "Creía que la corriente me tiraría un poco más y se me ha hecho muy durillo. También es cierto que los primeros seis kilómetros he tirado del grupo y me he desgastado mucho y luego me ha faltado gasolina", aseguraba entre risas.
Javier Berasategui, organizador del evento, se mostró muy satisfecho por el buen recibimiento de los bilbainos, cálidos con todos los valientes que se animaron a nadar. "La travesía ha sido un éxito. Nos ha respetado el día y cuando hace bueno todo es mucho más bonito. La ría está decorada, como se merece. Me encanta". Su hija, Virginia Berasategui, también mostró felicidad por la buena acogida que tuvo. "Yo solo con ver la cara de satisfacción y la risa con la que han llegado todos? me quedo con eso". El público también disfruto sobremanera. "Los aplausos del público han sido el mejor premio para estos valientes que se han atrevido en estos trece mil trescientos metros", añadía Virginia Berasategi e incluso se retaba a sí misma: "Es un reto bonito, cuando esto esté consolidado y esté más preparada igual me animo porque creo que es un lujo de recorrido. Es todo un reto, otra perspectiva de Bilbao. Bilbao desde la ría. Sería un reto personal". Y así, entre risas, deporte y bajo el sol la ría se convirtió en la fiel protagonista para todos. El Riatlón llenó de vida la ría de Bilbao.