BILBAO. El alcalde Bilbao, Iñaki Azkuna, fue intervenido ayer con éxito en el hospital de Basurto, donde se le extirpó el riñón izquierdo.
Es la tercera intervención a la que se somete el alcalde en los últimos cuatro meses. La operación practicada ayer transcurrió con normalidad, según lo previsto por los responsables médicos. El alcalde pasará el posoperatorio en el servicio de Reanimación del hospital bilbaino hasta que, una vez pasadas las horas más críticas en cualquier intervención, pueda ser trasladado a planta.
Iñaki Azkuna fue intervenido el pasado 6 de mayo en el Hospital Universitario Basurto por un problema digestivo del que fue dado de alta el 28 de mayo. Posteriormente, acudió al hospital el pasado 1 de junio, tras sentir una indisposición, y pasó diez días más ingresado.
Solo unos días más tarde, el alcalde volvió a hacer gala del tesón que le caracteriza al presentarse en la clausura de la cumbre de los Alcaldes del Mundo, que se celebró los días 13 y 14 de junio en la Alhóndiga. Fue su primera intervención pública a la que él mismo confesó que "no podía faltar después de haber dado la matraca a tanta gente para que viniera".
El alcalde se encontraba débil en esos momentos debido, principalmente, a los 60 días que había permanecido hospitalizado, pero con el ánimo suficiente para repasar algunos temas de la ciudad como los problemas de los conciertos de Aste Nagusia en Txurdinaga o los asesinatos del falso shaolín.
Azkuna se sinceró sobre lo dura que había sido su estancia en el hospital. "¿Cómo será la cárcel?", llegó a decir, y se mostró animado a incorporarse cuanto antes a las tareas municipales.
En ese empeño estaba, con la compañía de su inseparable amigo José Luis Sabas y los tratamientos de un fisioterapeuta. Su idea era asistir al pleno mensual que se celebró la última semana de junio, donde además se llevaba para su aprobación la ordenanza sobre la implantación de cultos. Solo un día antes, el alcalde se encontraba con ánimo y, además, avanzando en su recuperación. Sin embargo, ese mismo jueves tuvo un pequeño bajón y ya el viernes no se encontraba bien, por lo que decidió ingresar para ser tratado de los problemas renales que le producían fiebre y malestar.
Así, los médicos, tras valorar la situación del alcalde, determinaron intervenirle ayer mismo.