La terraza de la Alhóndiga solicita permiso para ser cubierta y adaptarse a la normativa
El responsable del negocio estudia instalar un acristalamiento para evitar molestias al vecindario
BILBAO. Los responsables de la terraza de la Alhóndiga, uno de los lugares de Bilbao con más tirón para disfrutar del ocio, se están planteando subir la altura de los vidrios laterales así como instalar una cubierta acristalada que aísle este espacio de los edificios colindantes y evite así que se generen molestias a los vecinos. Aún no han presentado un proyecto definitivo ya que al tratarse de un edificio con una catalogación especial tiene que recibir el visto bueno de la sección de Patrimonio foral, por lo que quieren ser muy cuidadosos con el proyecto que presenten, según explicó a este periódico Ricardo Pérez, responsable del restaurante Yandiola que gestiona este espacio al aire libre. La terraza de la Alhóndiga es sin duda uno de los lugares más atractivos que ofrece Bilbao para disfrutar de un rato de asueto. Quien lo frecuenta tiene la sensación de tocar el cielo, según dicen sus clientes. Incluso se trata de un lugar recomendado para los turistas.
Acostumbran a poner música chill out y la decoración de la terraza está supervisada por el equipo de Philipe Stark. Incluso se trata de un espacio que se puede alquilar para la celebración de fiestas ya sea de empresas o privadas.
Pero, como ocurre en estos casos, la virtud de la terraza, que se encuentra en pleno centro de la ciudad y desde la que se puede divisar todo Bilbao y alrededores, tiene también un handicap que pasa por una buena convivencia entre el ocio y el descanso de los vecinos.
El edificio de ocio y cultura está enclavado en pleno corazón de Indautxu y casi pegado a los bloques de viviendas. Esta proximidad hace que sea más vulnerable a posibles quejas. Precisamente, una vecina de una de estas comunidades se quejó el pasado mes de septiembre de las molestias que le estaba causando el ruido. Se trata de un espacio al aire libre, sin ningún tipo de protección acústica, y donde a pesar de que la música y la charla de las personas que frecuentan la terraza se desarrolla sin estridencias, por la noche el sonido se amplifica. Así lo pudo constatar el Área de Medio Ambiente cuando realizó las mediciones oportunas de ruido a petición de una comunidad de vecinos de alameda Rekalde.
A partir de ese momento, y tras la apertura del oportuno expediente, el horario del establecimiento quedó sujeto a la normativa municipal de una terraza de un bar de día con lo que entre semana solo puede estar abierta hasta las 22.00 horas y una hora más durante el fin de semana.
soluciones Así, desde el pasado mes de noviembre se han respetado estos horarios mientras los responsables del local estudiaban una alternativa que les permitirá dar una mayor utilidad a este espacio. Bilbao, solo cuenta con una terrazas de características similares, en el hotel Domine, y en ese caso, una de las partes también tiene una cubrición, aunque no de manera total. Según adelantó Ricardo Pérez, responsable del Yandiola, en estos momentos se encuentra en negociaciones con el Ayuntamiento de Bilbao para arbitrar la manera en que se pueda mejorar la acústica de este espacio. "Estamos pensando subir la altura de los cristales laterales, con lo que pensamos que amortiguaría algo el ruido". Además, estudian un proyecto para cubrir el techo con una estructura de cristal. Con esta opción la terraza ganaría en funcionalidad, puesto que, dado que Bilbao es una ciudad con climatología con predominio de lluvias, con una cubierta se podría ampliar su uso.
En todo caso, se va a estudiar el proyecto con todo detalle puesto que se trata de un edificio con unas características muy específicas en el que incluso se han conservado las fachadas originales. La sección de Patrimonio foral tendrá que dar el visto bueno final a cualquier proyecto que afecte al edificio. La terraza de la Alhóndiga tiene un aforo máximo permitido de 100 personas. Según su responsable, "cuidamos mucho de que nunca sobrepase las personas permitidas y solemos controlar su entrada puesto que está muy demanda por los bilbainos". En este sentido, no cabe duda que "la rebaja de horarios ha afectado al negocio", señala.
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