BILBAO. En este proceso participativo se han extraído muchas conclusiones sobre cómo debe ser el Bilbao del futuro, que contribuirán a diseñar la ciudad cara a los próximos años. Los participantes, según explica Ane Miren Martínez, apuestan por una ciudad moderna y, sobre todo, enfocada a los servicios y al conocimiento.

¿En qué ha consistido el trabajo que han realizado en las mesas mixtas?

La mesa estaba compuesta por 21 personas. En primer lugar nos reunieron a las tres mesas mixtas para explicarnos en que consistía la revisión del Plan General de Ordenación Urbana, el enfoque y la evolución de la ciudad. Posteriormente, trabajamos sobre las 99 afirmaciones que ha presentado el Ayuntamiento que radiografían la ciudad, centrándonos, en nuestra mesa de manera más específica, en el aspecto urbanístico.

Concrétenos alguna de esas cuestiones en las que han trabajado.

Había muchas cuestiones sobre cómo se planteaban las afirmaciones. Por ejemplo, sobre los barrios de Bilbao se planteaba como un atractivo las distintas morfologías. Pero en la mesa se planteó también que eso es una característica de la villa, pero no siempre se ve como algo positivo. No siempre es algo a poner en valor. Ese fue uno de los temas de discusión, por ejemplo. Y también una de las conclusiones en las que llegamos a un consenso.

¿Había participado usted en un proceso de estas características?

No en un proceso de estas dimensiones. Me ha resultado muy interesante porque ha sido diferente a cómo se hace habitualmente.

¿Qué hace diferente este proceso?

Habitualmente como la legislación obliga, primero se trabaja un avance de un plan y luego, una vez redactado el informe, se somete a exposición pública. Pero, las líneas generales suelen estar ya dibujadas y las líneas de actuación marcadas. En este caso, el proceso se comenzó desde una hoja en blanco. Lo especial es que se ha iniciado el proceso de participación antes de empezar a redactar el documento sobre la ciudad.

¿Hacia qué tipo de ciudad llevan las aportaciones realizadas en este proceso?

Las líneas tienden a una ciudad moderna y sobre todo enfocada a los servicios al vecindario y al conocimiento. Una ciudad muy distinta a la urbe industrial del plan de ordenación urbana que ahora se está revisando.

Con este proceso, ¿Bilbao corre peligro de perder parte de su esencia en pro de esa modernidad que sugieren las aportaciones de los ciudadanos?

En el trabajo que hemos desarrollado, los temas de rehabilitación, precisamente han salido mucho. Creo que en Bilbao sí va a haber una tendencia a cuidar lo que tiene la ciudad. Este es precisamente uno de los aspectos que se manifestó en el proceso de participación ciudadana.