La plaza mejorará su aspecto sin cambios en su estructura
Modificar el firme y ampliar su espacio encarecía mucho el presupuesto
BILBAO. La plaza del Ensanche existe mucho antes de que se construyera un aparcamiento subterráneo de tres plantas en sus entrañas en 1970. La idea inicial de este proyecto municipal para modificar el aparcamiento era precisamente recuperar parte de su aspecto original cuando era una superficie más abierta.
La plaza del Ensanche era en otros años metro y medio por debajo del piso actual, según explica el concejal del área de Circulación y Transportes, Asier Abaunza. Al tratarse de una de las pocas zonas de estancia que existen en el centro, el Ayuntamiento quería aprovechar las obras para reformar el aparcamiento y ganar espacio mejorando además su aspecto. Pero no va a poder ser. Al menos de momento.
El Ayuntamiento ya mejoró hace unos años el edificio del mercado del Ensanche, que en la actualidad cuenta con una planta en la que se sitúan Bilbao Turismo, la Fundación Bilbao 700, la oficina de Información Juvenil y el periódico municipal. Consciente de que se sitúa en un lugar estratégico de la ciudad en cuyas calles adyacentes se concentran excelentes establecimientos de moda, decoración, galerías, etc., la ocasión era oportuna para mejorar este espacio. Además, el Ensanche tiene mucho vida en su entorno y está rodeado de diversos edificios de calidad, casas de los años 20, 30 y 40 con bellas terrazas que se asoman a esta plaza y a la contigua calle de Colón de Larreategui.
partida presupuestaria En los presupuestos que presentó el alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, en 2011 ya se incluía una partida de 100.000 euros en gastos plurianuales para este fin. Y este mismo ejercicio estaba prevista la asignación de 2.400.000 según las cuentas que presentó el Consistorio.
Al cambiar los accesos de entrada al aparcamiento se conseguía igualar el piso de todo el espacio ganando un tercio de la plaza para el peatón puesto que los accesos actuales comen mucho terreno de la estancia, según explican los técnicos municipales.
La idea era que el nuevo espacio reformado pudiera acoger en el futuro actividades dinamizadoras del barrio y para el comercio tal y como se hace en otras zonas de la ciudad en la que se ha conseguido que la vida gire en torno a la plaza.
Sin embargo, son precisamente las obras de reforma de las armaduras, las que suponen la mayor inversión y las que condicionan la reforma de la plaza que deberá esperar al menos otros nueve años, cuando termine la nueva concesión del aparcamiento y el proyecto vuelva a ser objeto de estudio por partes de los responsables municipales.