bilbao. El teléfono del Palacio Euskalduna humea. Son cientos, miles, quienes solicitan los servicios de Anne Germain, quien, desde el pasado martes, habla con los muertos en la sala A1, en dos sesiones, a las 19.00 y a las 22.00 horas. La medium inglesa despierta el interés de los incrédulos y aplaca la desesperación de los creyentes. Lo hace con naturalidad, como si hablar con los muertos fuese, yo qué sé, tomar el té de las cinco.
Para mucha gente, la muerte es el fin. Usted no piensa así, ¿Qué es para usted la muerte?
El comienzo. El principio de esa otra vida hacia la que nos dirigimos. Nuestra vida es un aprendizaje para convertirnos en buenos espíritus.
¿Todos lo son? Quiero decir, ¿se convirtió Hitler, tras su muerte, en un buen espíritu?
Hay distintos niveles. Cuando pasamos a ser espíritus revelamos el impacto que ha tenido nuestra vida terrenal para desarrollar nuestra vida espiritual. En casos como el de Hitler tiene que reencarnarse en otra vida, volver para aprender la lección.
Habla de niveles espirituales, ¿al estilo del infierno, el limbo y el paraíso?
El infierno es la tierra. Aquí es donde aprendemos las lecciones y, si no aprobamos, a reencarnarse.
¿Y hay muchas 'ovejas negras' en el mundo espiritual?
La inmensa mayoría de las personas están preparadas para ser un buen espíritu. Somos buenos.
¿Qué siente cuando percibe la desesperación de quien acude a hablar con un ser querido muerto?
Durante unos segundos, ¡zas!, algo muy rápido, siento pena por su sufrimiento. Pero esa tristeza desaparece en cuanto tomas contacto.
¿Cómo se produce esa conexión?
Hablo con mis ángeles guardianes y pido que me den una cita... ¡Ja, ja, ja! No, hombre, no. No pido cita, el diálogo surge natural aunque cuando estoy trabajando en una sesión tengo que estar muy concentrada.
¿Para llamarlos?
No, no. Ellos están ahí siempre. Para hablar con ellos.
¿Siempre? ¿Qué dice su marido, no se siente celoso?
Ja, ja, ja. No, él se ha acostumbrado a mi vida e ignora a los espíritus. Solo quiere a la mujer.
Insisto, dice que están siempre ahí... ¿No cansan?
Yo no puedo apagar un botón y hacer que se vayan, así que hay veces que los ignoro. Pero están conmigo cuando hago la colada, cuando cocino o cuando me hago la manicura. Solo que los ignoro.
¿Para qué sirve una medium?
La medium es un teléfono, una forma de conexión con el otro mundo.
¿Es una habilidad natural o se entrena?
Es algo natural, pero se pueden entrenar las habilidades.
¿Todo el mundo tiene acceso a ese estado espiritual?
Todo el mundo tiene sensaciones, la posibilidad de sentir una presencia, sobre todo los niños. A medida que la gente se hace adulta tiende a esconder esa sensación porque le asusta. Pero cuando uno tiene un allegado recién fallecido siente eso que se llama, una presencia.
Hay quien piensa que es una rara casualidad que se aparezcan a las siete de la tarde y a las diez de la noche, los dos horarios de sus funciones...
Ya, pero también puedo hablar con ellos a las dos de la madrugada. Es una cuestión de cuándo hablar con ellos, sin más.
¿Y habla fuera del horario de oficina?
Ja, ja, ja. Sí, claro que sí. ¿Con quién iba a hablar cuando estás en una habitación y no hay nadie ahí? En ocasiones yo pregunto a mi madre cómo está.
¿Y le responde?
Claro.
¿Por qué una gira en estos momentos?
Aunque viviese 200 años no me alcanzaría para atender la cantidad de demandas que tengo. No puedo llegar a tanta gente. Esta es una forma de acercarme.
¿Qué siente cuando escucha las críticas, cuando la acusan de embaucadora?
Intento no prestarlas atención. Las críticas que más me duelen son aquellas que vinculan esto con el dinero. Durante más de veinte años lo he hecho de manera altruista y todavía hago trabajos espirituales sin cobrar. Lo único que hago es ganarme la vida con una habilidad, como millones de personas en la tierra. ¡Ah! Y pueden comprobar cómo colaboro, desde que puedo, con infinidad de ONG y obras de caridad.
¿Entiende al incrédulo?
Sí, lo entiendo. Y tiene todo el derecho del mundo a no creer.
¿Es, por tanto, una cuestión de fe?
Para mí, no. Yo soy cristiana: eso sí es un asunto de fe. Pero yo no creo en los espíritus... ¡yo los veo! Por eso lo tomo como algo natural. Para mí, los raros son los otros. Es verdad que a veces alguien puede ser desagradable con el diferente, pero el problema es suyo, no mío.
¿Identifica a alguien con esa habilidad si se cruza en la calle con esa persona?
Si te fijas, sí. Tienen un aura especial que les rodea.
Insisto. ¿Por qué yo no lo veo?
Porque usted no tiene esa habilidad para verlo. Pero yo no pido a nadie que lo crea, no intento imponer mi idea.