Bilbao. Quien más quien menos ha reducido sus gastos con la crisis. Más aún los que no son estrictamente necesarios. El Gran Casino Bilbao lo ha vivido en primera persona. La caída de ingresos que ha acumulado a lo largo del año pasado ha obligado a la empresa a reducir su horario de apertura. Ajustes "necesarios", en palabras de un portavoz del histórico establecimiento, que han supuesto el despido de once trabajadores, tal y como denunció ayer el sindicato ELA. Los representantes sindicales no comparten la lectura realizada por la dirección e iniciarán hoy, con una concentración, una serie de movilizaciones entre las que no descartan la huelga, para exigir la readmisión de sus compañeros.

El año 2011 ha sido duro para el Gran Casino Bilbao. Y es que, pese a que las visitas se han incrementado en un 19%, los ingresos se han reducido, dejando a la empresa es una difícil situación. La nueva ubicación del casino ha gustado a los clientes, que parecen haber acudido en masa a ver las nuevas y modernas instalaciones, pero que no han estado tan dispuestos a aflojar la cartera. Más público, sí, pero menos ingresos. "No se puede hacer la misma lectura que, por ejemplo, en un cine, en el que, a mayor número de público, más ingresos. Aquí pueden venir muchísimas personas pero no consumir nada. Cuentan como visitas, pero no como ingresos. No reflejan la situación económica", explican desde la empresa.

Esta "difícil" situación les ha llevado a tomar la decisión de reducir el horario de la zona de juegos, retrasando el momento de apertura y adelantando el de cierre. Así, en lugar de abrir a las 17.00 horas, el casino abre ahora sus puertas a las 18.00 y, en lugar de cerrar a las 5.00, los últimos clientes dejan el local a las 4.00 horas, excepto los viernes y sábados, días en que sí se mantiene el horario de cierre anterior.

Debido a estos ajustes, la dirección ha prescindido, desde el 17 de enero, de once trabajadores, uno de ellos de la recepción de la calle Lutxana y el resto, de la zona de juegos. Desde la dirección se defiende que se trata de medidas "dolorosas" pero "absolutamente imprescindibles" para garantizar el futuro del casino. "No es un capricho y, por supuesto, no ha sido fácil. A ningún empresario le gusta destruir empleo. Ojalá a finales de este año la situación mejore y, en lugar de la gente que estamos ahora, seamos 400 empleados", señalaron fuentes de la empresa.

Movilizaciones Sin embargo, la interpretación que se hace desde el sindicato ELA es totalmente opuesta, para quien es incompatible el aumento de las visitas con el despido de los trabajadores. "Se ha producido un incremento del 19% de visitas y el premio a todo ello son los despidos de los compañeros", criticó el responsable de Hostelería, Iñaki Oliden. El sindicato ha convocado para hoy una concentración a las puertas del casino para pedir la readmisión de los trabajadores y también para denunciar la "imposición" de decisiones "unilateralmente, que redundan en perjuicio de las condiciones socio-laborales de los cerca de 140 trabajadores".