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Tokio en la cocina de casa

Un ultramarinos ofrece en Bilbao exquisiteces japonesas asequibles, asesorando cómo elaborarlas

Tokio en la cocina de casaFoto: Oskar Martínez

RUI Maehara prepara, muy serio, algunos sushis y atún rojo, salmón y pez mantequilla. Todavía no es la una del mediodía y, junto con su compañera Miriam Rueda, va avanzando trabajo para cuando, sobre esa hora, empiece a llenarse su nuevo local en la bilbaina calle Ledesma, el primer ultramarinos japonés de Euskadi. El veterano cocinero tokiota se toma de forma tan concienzuda su trabajo porque es un purista al que no le gusta que se bromee con la cocina del país que dejó hace diez años; de ahí las exquisiteces que salen de sus manos, "nada que ver con lo que probamos en algunos restaurantes asiáticos", coincidían algunos clientes presentes en este establecimiento.

Así, por ejemplo, el elenco de sushis es interminable, y van haciendo combinaciones. "Hay mil formas de prepararlo, y en Japón es una comida nacional, aunque no se toma constantemente, porque resulta cara. Es muy raro que a un japonés no le guste", aclara Rui. ¿Y a los niños, con esos colores y formas tan divertidos? "A los niños les llama la atención, lo que pasa es que no lo ven gracioso, porque están acostumbrados a que las familias los preparen en bandejas, en casa", narra el afanado cocinero, en un castellano de bastante calidad.

El espíritu de este recién nacido local sería "acercar la cocina japonesa a los hogares vascos, que la gente aprenda a hacerse sus propios platos a medida que los va conociendo aquí", explica con entusiasmo el bilbaino Guillermo Calleja, quien, junto con dos socios más, Jon Romaña y Txus Santos -todos fans de la comida del país asiático-, se lanzó a esta aventura de buscar "los peces perfectos" del Índico y de Australia, entre otros, e importar todos los ingredientes japoneses para ponerlos, con precios ajustados, a disposición de sus clientes in crescendo. "Estoy encantada. Trabajo aquí al lado y, como siempre me ha gustado la comida japonesa, me he abonado", cuenta Oihane, de 27 años, quien se lleva una bandejita de sushis, nagiris y makis que solicita con soltura. También cocina en casa, ayudada por lo que encuentra en el nuevo ultramarinos, aunque "no sale como aquí, investigas y vas intentándolo", admite. A su lado, su amigo Álex afirma, sonriente, que "donde esté un buen chuletón...". Ha ido a acompañarla, pero a la pareja de Oihane sí le gusta, también, "probar de todo", así que en Sumo han encontrado un filón.

Algo similar le ocurre a Carmen, miembro de un grupo de terapeutas de Medicina china y otras alternativas (acupuntura, reiki...), quien se ha venido desde su sede en Indautxu a recoger una generosa bandeja de productos variados, elaborados por el cheff. "Me chifla esta cocina, que va en concordancia con las terapias orientales", afirma. ¿Por qué es más sana? "La salud viene por la cocina, también, pero creo que lo importante es la fusión de todo lo bueno: lo europeo, lo oriental...". Ella también hace sus pinitos en casa, y muestra una foto que lleva en el móvil, "para dar envidia a amigos", de una bandeja con sushis diferentes.

Rompiendo moldes Para un bilbaino de pro -de los que potean, van al txoko y son forofos del Athletic-, el escepticismo puede ir incluido en el pack. Pero la curiosidad pierde a algunos. Este es el caso del maduro Andoni, quien asevera que "no me gusta nada" la comida japonesa, la cual probó en el londinense Harrods, pero se lleva unas bandejas con sushis y ensaladas del país del sol naciente, que le han encargado en casa. "Esto no llena, venid a mi txoko y veréis", dice sacando pecho. Pero, antes de salir de la tienda, pide un folleto con ofertas y precios, para llevar...

Al contrario, el bilbaino de 54 años Domingo acaba llevándose una bolsa de tallarines de Udon -con la que se hace la típica sopa japonesa de fideos gruesos-, membrillo Yokan (de té verde) y unos sushis y ensaladas. "Me gustan mucho más que en los restaurantes, estos son más suaves, como más caseros, y la ensalada es muy rica. Además, es una comida más saludable. Como trabajo cerca de aquí y me gusta cocinar, ya voy haciendo algunas cosas en casa", relata.

El perfil de los clientes que se van enganchando y los que curiosean es muy variopinto. El bilbaino de 23 años Josu, que trabaja de pinche en un restaurante japonés en Gernika, es otro de los infalibles: "Es una comida sencilla, pero de categoría y gran variedad", define, mostrando los fideos con atún seco que se lleva para cocinar, asegurando que "cocerlos no lleva mucho tiempo, unos 4 minutos". A Josu, que ostenta unas largas rastas, también le gusta la comida turca, china, etc.

Sin duda, la cocina asiática, y la japonesa en particular, van penetrando como el sirimiri entre la población vizcaina. Primero fueron los restaurantes chinos y actualmente los woks y otros establecimientos similares se llenan, sorteando la crisis económica. En este ultramarinos pretenden "enseñar a comer, y comer con calidad", puntualiza Miriam, tras la barra. ¿Slow Food? "Sí, los clientes pueden optar a bandejitas preparadas, pero también tienen que esperar si quieren algo más elaborado. Esto no es un local de comida rápida".