EL Surne Bilbao Basket parece haber asumido ya que el objetivo hasta el final de temporada es asegurar la permanencia en la Liga Endesa. Eso se intuye de las declaraciones de Jaume Ponsarnau a Radio Popular tras la última derrota en Palencia, el colista, que se suma a la sufrida tres semanas antes en Miribilla frente al Breogán, el penúltimo clasificado. El técnico de los hombres de negro viene hablando muchas veces en las últimas semanas de “mentalidad y carácter”, de “encontrar jugadores que entiendan los partidos”, y en esa búsqueda el equipo sigue sin salir del bloqueo mental en el que lleva metido desde hace varias semanas. También ha hablado Ponsarnau de unas expectativas dañinas y quizás todo tiene que ver con el hecho de que con solo un par de finales de partido mejor gestionados y con desenlace exitoso las cosas serían ahora muy diferentes.

Es evidente que hay jugadores que no están bien y que los dedos acusadores pueden apuntar en varias direcciones, incluso hacia el entrenador. Pero la realidad es que el Bilbao Basket no ha pisado los puestos de descenso en la última temporada y media. De hecho, la última vez que eso ocurrió fue en diciembre de 2021. Ahora se han disparado las alarmas más por las sensaciones que transmite el equipo que por la situación en la clasificación, en la que aún hay dos victorias de margen sobre la zona de peligro real. Las nueve derrotas que han sucedido a aquel arranque esperanzador de 4-1 han llegado por una media de ocho puntos y solo dos han sido por más de diez puntos. El conjunto vizcaino demuestra que puede ser competitivo porque en varios de esos choques ha tenido opciones de ganar, pero también es capaz de lo mejor y de lo peor dentro del mismo partido, quizás porque no encuentra quintetos que le den equilibrio en los dos lados de la cancha.

Desde su regreso a la Liga Endesa, el club se ha movido con calma y paciencia, pero ahora la preocupación se ha disparado, probablemente porque el equipo no ha respondo a lo esperado. Lo normal, por tanto, es reclamar refuerzos. Lo que no es tan sencillo es definir cuál o cuáles son los puestos a mejorar, si se trata de cambiar jugadores o, sobre todo, de que pueda llegar un jugador que marque la diferencia, con puntos en las manos para elevar la producción anotadora de un equipo que se resiente de la crisis de algunas de sus piezas claves en esa faceta. Los números defensivos del Bilbao Basket son notables, por ejemplo lidera la competición en número de tapones totales y relativos, pero los ofensivos están entre los peores. El avance en este sentido debe llegar desde la aportación individual y también desde el aspecto colectivo, con retoques tácticos que ayuden a sumar puntos con más facilidad.

En este sentido, en Palencia ya se vio una mejor aportación de Hlinason al anotar en situaciones en las que no necesito utilizar botes. Por el contrario, el Bilbao Basket sigue encontrando tiros abiertos, aunque las dudas encogen las muñecas y llevan al error o, incluso, a la renuncia. Esa falta de decisión se arrastra, impide consolidar las ventajas y provoca esos finales igualados que, sea cual sea el desarrollo de los encuentros, últimamente están saliendo cruz.

Este es el reto a asumir porque el Bilbao Basket no está para ganar sobrado a nadie. Por eso conviene identificar cuáles son a estas alturas los rivales directos, algo en lo que los hombres de negro han solido ser fiables. Por eso, ha recordado también Ponsarnau que para salir del apuro “tenemos que hacerlo entre todos”. La alusión a Miribilla, al apoyo de una afición que puede caer en el desencanto, es clara y apunta al duelo del domingo ante el Manresa, el primero del año y que preludia un calendario que no va a ser sencillo en casa y que obliga a no desperdiciar oportunidades.

A puerta abierta

El club se quiere anticipar y, en una iniciativa que ya se ha hecho tradicional, ha programado para este viernes a partir de las 12.15 horas un entrenamiento a puerta abierta en el Bilbao Arena en el que los jugadores puedan sentirse arropados, animados y motivados de cara a la importante cita ante los catalanes, que se jugarán entrar en la Copa. Todos los asistentes a la sesión preparatoria recibirán un póster firmado y podrán interactuar con la plantilla.