Un equipo de científicos de la Universidad Anglia Ruskin (Este de Inglaterra) ha realizado recientemente un estudio en el que ha descubierto cómo la inteligencia artificial (IA) podría desbloquear recuerdos de la infancia, esos momentos que, con el paso de los años, parecen quedar inaccesibles en el fondo de nuestra memoria.
A través de un innovador experimento, los investigadores han logrado demostrar que la percepción corporal juega un papel fundamental en la activación de recuerdos olvidados y que la IA es la herramienta perfecta para facilitar este proceso.
Volver a verse como niños
El estudio, liderado por el doctor Utkarsh Gupta de la Universidad de Dakota del Norte (EEUU), fue realizado con 50 adultos voluntarios, a quienes se les mostró en una pantalla una versión infantil de su rostro generada mediante un filtro con inteligencia artificial.
Lo sorprendente de la tecnología utilizada es que, además de cambiar la apariencia facial de la persona, era capaz de replicar sus gestos y expresiones en tiempo real, generando en los individuos una fuerte impresión por su reconocimiento físico y emocional. Los participantes sentían que el rostro que veían en la pantalla era realmente el suyo, solo que mucho más joven.
El impacto en la memoria
Tras este ejercicio, los participantes que vieron su rostro infantil lograron recordar muchos más detalles de sus vivencias que los que solo vieron su rostro adulto. Esto demostró que la percepción corporal no solo influye en nuestra identidad, sino también en nuestra capacidad para recordar.
Según Gupta, el cerebro no solo guarda recuerdos en términos neuronales, sino que los asocia a las sensaciones físicas y emocionales que registra el cuerpo en ese momento. Por eso, al recrear esas señales físicas, como ver su rostro de niño, se facilita el acceso a esos recuerdos que parecían perdidos.
Este fenómeno se relaciona con la llamada amnesia infantil, que explica por qué la mayoría de las personas no pueden recordar eventos ocurridos antes de los tres años. La hipótesis más aceptada es que la madurez del cerebro y los cambios en el cuerpo dificultan el acceso a esos recuerdos.
El futuro de la terapia
La investigación liderada por Gupta pone en evidencia que la inteligencia artificial no es solo una herramienta para ayudarnos en las tareas cotidianas o para recrear mundos virtuales, sino que va mucho más allá. Podría ser clave también para explorar y recuperar esos recuerdos personales, abriendo nuevas líneas de estudio para la neurociencia aplicada.
Los expertos consideran que este hallazgo puede ser muy útil, ya que combinando neurociencia e inteligencia artificial se puede llegar a entender mejor cómo funciona la memoria. A partir de ahí, se podría aplicar en tratamientos para personas con trastornos de la memoria o deterioro cognitivo, y para tratar condiciones neurológicas relacionadas con el deterioro de la memoria o enfermedades como el Alzheimer.
Ya lo ves, la próxima vez que te preguntes por qué no puedes recordar ciertos momentos de tu niñez, tal vez debas buscar la respuesta en la tecnología y en la forma en la que el cerebro, junto con la inteligencia artificial, pueda ayudarte a redescubrir esos recuerdos olvidados.