El denso silencio que rodea a Álvaro Djaló
Dos meses de competición tiene por delante el fichaje estrella de la temporada del conjunto rojiblanco para tratar siquiera de reconducir su breve y anodina participación en los planes de Ernesto Valverde
El estado físico de Dani Vivian, Aitor Paredes y Oihan Sancet centra buena parte de la atención en este paréntesis liguero. Aquejados de lesiones de diverso alcance, existe la posibilidad de que estén a disposición de Ernesto Valverde para el partido con Osasuna del día 30, al menos alguno de ellos. En realidad, el asunto que concita mayor expectación atañe a Sancet, dado que se cumple un mes desde que solicitara el cambio en la segunda mitad del duelo con el Valladolid. El parte médico habló entonces de un contratiempo muscular de moderada gravedad, que sin embargo le ha supuesto ya perderse cinco encuentros de manera consecutiva.
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Los citados no son los únicos casos donde se está a la espera de un jugador que ha pasado por la enfermería. También Álvaro Djaló permanece ajeno a la competición, pese a que su nombre haya figurado en las dos últimas convocatorias. Estuvo en el banquillo en la cita de vuelta con la Roma y repitió en el Sánchez Pizjuán. La baja del delantero fichado del Sporting de Braga engloba ocho compromisos y tiene su origen en una fea entrada sufrida en la visita al Betis del 2 de febrero. Incidente que le ocasionó un esguince bilateral en el tobillo derecho.
Puede afirmarse que en el apartado de las lesiones a Djaló no le está acompañando la suerte, toda vez que no es alguien que haya gozado de un protagonismo importante, pese a haber intervenido en una veintena de encuentros. De hecho, su estreno oficial con la camiseta del Athletic se retrasó a la tercera jornada de campeonato liguero a causa de unas molestias musculares que aparecieron en el curso del penúltimo amistoso de pretemporada, celebrado en terreno inglés ante el Aston Villa. Posteriormente, en enero, sufrió otro problemilla en el feudo del Besiktas, que le hizo perderse el desplazamiento al campo del Leganés, pero a la semana reapareció contra el Viktoria Plzen.
Ahora, su retorno está a expensas del criterio del entrenador. Como se ha señalado, cuenta con el alta, pero lleva inédito dos citas. Con la particularidad de que ambas tuvieron lugar muy seguidas, con tres días de separación, y tanto en las alineaciones iniciales como sobre la marcha el número de variantes que realizó Valverde fue altísimo.
Seguramente pronto entrará en la rueda y retomará el contacto con la competición, pero es innegable que la situación de Djaló empieza a resultar un tanto incómoda. Y es que viene de lejos. Sin ningún género de dudas y en primer lugar, es poco agradable para él mismo; pero también para los responsables de su captación, cuyo anuncio se produjo un año atrás por estas fechas. Más allá de que esté en condiciones de ser utilizado y vuelva a disponer de minutos, la cuestión versa sobre el nivel que ha conseguido ofrecer casi en cada una de sus actuaciones.
Ratitos
Establecer los límites del margen de confianza que todo recién llegado merece no es tarea sencilla. Cada futbolista representa una realidad particular y concurren un montón de factores en su proceso de adaptación. Djaló solo ha jugado 703 minutos repartidos en 21 citas, datos que objetivamente dificultan su asentamiento en un equipo y en algunas competiciones desconocidas para él. Pero con esos números en la mano, cabría preguntarse por qué Valverde ha preferido a otros delanteros y le ha privado de cierta continuidad.
El día de su presentación, el portavoz del club alabó su experiencia en torneos internacionales, así como su capacidad para desenvolverse “en los tres puestos de ataque”. En el Athletic ha jugado más veces como ariete, pero también en la izquierda o de enlace, nunca por la derecha, si bien normalmente saltando en las segundas partes. Asomando a ratitos es normal que su encaje en la formación se complique y ahora, con la feliz aparición de Maroan, cabe imaginar que más aún.
La pobre aportación de Djaló no ha pasado desapercibida, sería imposible reparando únicamente en el desembolso que realizó la directiva por hacerse con sus servicios. No obstante, el contexto favorece que su escaso impacto en el equipo sea un tema sin eco en los medios y las salas de prensa. La estupenda trayectoria del Athletic, sin duda, contribuye a que así sea. En tiempos de bonanza, de victorias y celebraciones, se tiende a pasar de puntillas sobre los aspectos negativos. Claro que no todo lo que se cuece en la primera plantilla y entre bambalinas en el club es maravilloso.
En lo poco que resta de calendario, solo queda confiar en que Djaló, que no lo estará pasando bien precisamente, consiga con el amparo de los compañeros remontar el vuelo. Invertir a estas alturas el signo de su primera campaña en el Athletic se antoja complicado, pero al menos agradecería que estos partidos le sirvan para mostrar algo del repertorio que atesora.