BILBAO. El fútbol es pasión, eso no es nuevo. Pero hay ocasiones en las que el amor por unos colores o un escudo se lleva al extremo.

Esto es lo que le sucedió en 1972 a Antonio Serván, maestro cantero de Trujillo y gran forofo del Atlético de Bilbao. En esa época se decidió derribar el campanario de la iglesia de Santa María la Mayor y reconstruirlo según el preexistente, que databa del siglo XIII. Fue en ese momento cuando el protagonista de esta historia aprovechó para colocar el escudo del club en lo alto de la torre, como un capitel.

A día de hoy el escudo sigue alli, ya que el enviado del Ministerio de Cultura encargado de realizar la inspección de la obra de reconstrucción resultó ser tan forofo del club como el maestro cantero.