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Un dandi en Vallecas

Paco Jémez cumple hoy cien partidos al frente del Rayo, un modesto al que ha dotado de una innegociable seña de identidad: el buen trato al balón, aunque cueste la derrota

Un dandi en VallecasDEIA

LE preguntaron en cierta ocasión a Paco Jémez, el entrenador que ha convertido al Rayo en un equipo fascinante por su arriesgada propuesta futbolística, pese a la evidente modestia de sus futbolistas: “¿Y cómo le has enseñado a Toño (el portero) a jugar con los pies en tan poco tiempo?”, a lo que el técnico del equipo vallecano respondió: “No es una cuestión de que yo le haya enseñado a jugar con los pies. La cuestión es que en los sitios donde ha estado nadie le ha exigido a Toño que haga lo que está haciendo ahora. Al final es un tema más de convicción”.

Y así de convencido está de su filosofía, que la lleva al extremo, de tal forma que no se corta un pelo (y quizá por eso luce un rapado total) en cambiar a un jugador al cuarto de hora si no cumple a rajatabla con la tarea encomendada: el balón no se rifa, se mima. Pero tampoco le faltan escrúpulos para ejercer la autocrítica, como dejó bien claro tras una derrota frente al Espanyol (1-3) en la decimosexta jornada de Liga. “Si yo fuera presidente echaba al entrenador y a toda la plantilla. Siempre intento buscar a los mejores jugadores para el equipo y parece que me estoy equivocando”.

Porque Paco Jémez ejerce de dandi en el barrio obrero por antonomasia de Madrid, condición que lleva muy a gala. Por su puesta en escena, siempre trajeado, y su ideario, de buscar por encima de todo la elegancia futbolística, pese a la parquedad de recursos con los que sistemáticamente debe reconstruir sus equipos. Y la determinación surge de un fundamento elemental:

“Yo le digo: ‘Mira, Toño, cada vez que te llega el balón lo tenemos nosotros. ¿Verdad?’ ‘Sí’. ‘Pues cada vez que le pegas para arriba, ¿de quién es el balón?’ ‘Pues no lo sé’. ‘¿A que tampoco sabes cuál es el balón que te va a costar el partido y cuál el que te va a hacer ganar? Entonces cuidaremos todos los balones que tengamos’. ‘¿Pero y si fallo el pase?’ Ese es un riesgo que tenemos que correr”.

Consecuencia: el Rayo Vallecano es el tercer equipo más goleado de la categoría, con 40 tantos recibidos, por detrás del Elche (42) y Levante (43), pero se mantiene en una comodísima decimonovena posición, con dos puntos más que el Athletic, y renovado espíritu competitivo, como demostró la pasada jornada batiendo en Vallecas por 2-0 al Levante, un equipo que defiende la misma doctrina, pero con mayor categoría futbolística para llevarla a cabo.

Aplicando esta visión de la jugada, Paco Jémez ha evitado el descenso del Rayo, salvando al club vallecano de la ruina que barruntaba si llegaba a perder la categoría, sobre todo cuando la entidad quedó en desamparo cuando el reconstruido imperio de los Ruiz Mateos, de cartón piedra, se fue otra vez al traste.

Enfrentándose al Athletic en San Mamés, cumplirá hoy cien partidos en Primera División dirigiendo al Rayo Vallecano, equipo que le dio la alternativa en la máxima categoría como jugador en 1992 y veinte años después como entrenador.

Paco Jémez nació en Las Palmas de Gran Canaria en 1970 por casualidad, toda vez que su padre, el cantaor Lucas de Écija, actuaba por aquella época en hoteles de la isla, y se crió en Córdoba. Debutó como jugador de Primera División el 5 de septiembre de 1992 con el Rayo y veinte años después, en Vallecas y frente al Granada, el 20 de agosto de 2012, hizo lo propio como entrenador en la máxima categoría.

fidelidad y eficacia Su trayectoria al frente del Rayo se resume, hasta el momento, en dos temporadas y media en las que ha entrado por diversos motivos en la historia del club madrileño. Primero por haber logrado la permanencia durante dos campañas consecutivas. Segundo, por haber conseguido un histórico octavo puesto en el curso 2012-13, la mejor clasificación de la historia, y tercero por ser el primer entrenador del club en alcanzar los cien partidos dirigidos en la máxima categoría. De los noventa y nueve partidos dirigidos en Primera con el Rayo, Jémez ha logrado 37 victorias, 11 empates y 51 derrotas.

Sin embargo su trayectoria al frente del conjunto vallecano tiene los días contados. El pasado lunes Paco Jémez recibió el galardón Antonín del año, un premio que entrega la revista Panenka, publicación dedicada a la cultura futbolística, en reconocimiento a un entrenador que durante el año ha destacado por la innovación y/o atrevimiento técnico o táctico, por ser símbolo del fútbol modesto, por su compromiso social o por su vinculación con la cultura. Ese mismo día el propio técnico andaluz, en la emisora Unión Rayo, insinuaba que esta iba a ser su última temporada en el club. “Mi sensación es que esto (la renovación) no va a ocurrir”, aunque tampoco lo descartó de forma taxativa.

En cierto modo, Paco Jémez está un poco harto de afrontar cada temporada con veinte jugadores nuevos, y vuelta a empezar para conjuntar otra vez al equipo. El último desencuentro con los dirigentes del club ocurrió durante el pasado mercado invernal, cuando el cuerpo técnico contrató a Nicolás Fédor, Miku, sin su consentimiento y a sabiendas de que entre el delantero venezolano y el entrenador existía una agria confrontación de épocas anteriores. Miku todavía no ha debutado en el equipo franquirrojo.

Con un prestigio ganado a pulso en base a una sugerente propuesta futbolística, Paco Jémez vislumbra nuevos horizontes. Jordi Farrè, precandidato a la presidencia del Barça bajo la leyenda som gent normal, se ha fijado en él para el puesto de entrenador si gana las elecciones.