bilbao - “No estuve mucho tiempo, pero fui muy querido, fui feliz en el Torino”, reflexiona Rafael Martín Vázquez (25 de septiembre de 1965, Madrid) cuando repasa su tiempo en Italia. Entonces el calcio era la tierra prometida, el lujoso escaparate donde jugaban los mejores del mundo y competían las escuadras más potentes de Europa. De aquella etapa rememora el “choque brutal” entre dos concepciones opuestas de entender el fútbol.

¿Cómo intuye que será la eliminatoria entre el Athletic y el Torino?

-Creo que será una eliminatoria igualada. Es cierto que ambos equipos llegan en circunstancias diferentes; el Athletic está siendo más irregular en el campeonato, y el Torino, sin embargo, lleva una racha bastante buena, está un poquito más arriba en la clasificación, pero aún así en una eliminatoria europea nunca se sabe. No tiene nada que ver con el campeonato liguero que estén haciendo los dos. Desde mi punto de vista cada uno tiene sus propias características, pero sí es verdad que el Athletic tiene mucha dependencia de un jugador como Aduriz, y no estará. Es un jugador muy importante para el equipo. Es sorprendente que no esté, pero el entrenador sabe mejor que ninguno qué es lo mejor para el su equipo.

¿Qué tipo de partido se prevé en el Comunale?

-Se van a enfrentar dos estilos diferentes. El equipo italiano es un equipo compacto, rocoso, fuerte. Principalmente, el Torino se siente cómodo si se siente dominado por el rival. No le importa demasiado. Lo importante para ellos es mantener su portería a cero y luego esperar la posibilidad de alguna contra. Digamos que no se desenvuelven mal esperando. El Athletic es todo lo contrario. Es un equipo que necesita el balón, presionar arriba; es un equipo que, quizá, no sabe defenderse atrás. Son dos estilos diferentes. Ya se verá quién es el que sale beneficiado. El planteamiento del Athletic en el partido de ida creo que pasa por defender bien, que esté bien arropado y luego intentar hacer daño en cuanto tenga oportunidad. La clave en Europa es el gol fuera de casa. Si no marcas... lo tienes muy complicado.

¿Cómo es el Torino?

-Si bien no lo estoy siguiendo mucho, no es menos cierto que en Italia no resulta sencillo entrar en Europa. Este año están encontrado regularidad y han hecho un bloque sólido. Están en una posición cómoda, mirando más hacia Europa que hacia abajo. Si bien no es uno de lo equipos punteros italianos como la Juventus, la Roma o el Nápoles, es cierto que puede estar por encima de equipos tan históricos como el Inter o el Milan. En ese sentido están haciendo las cosas más o menos bien.

Usted fue de los primeros en ir al ‘calcio’. ¿Qué encontró allí?

-Era diferente, primero por el campeonato. Era un campeonato estrella, la liga de referencia. En aquel momento los mejores jugadores estaban allí. No tenía nada que ver con la situación actual. En aquella época los equipos italianos estaban en lo más alto de Europa. De hecho, entre finales de los 80 y la década de los 90 fueron los mejores equipos de Europa. Ese dominio por parte de los italianos ya no existe a excepción de la Juventus, que es el único que ha mantenido más o menos el tipo. Aún así hace tiempo que el fútbol italiano a nivel europeo no está a la altura que estuvo en su momento. Esa una de las grandes diferencias entre las dos épocas.

¿Por qué ha costado tanto que triunfaran los futbolistas españoles?

-Tampoco se puede decir que lo hayan hecho mal allí. Depende del criterio que se siga, depende del equipo al que se vaya. Si vas a un equipo ganador como la Juventus, caso de Llorente o de Morata, o si vas a un equipo menor. No es lo mismo estar en un equipo dominador, que puede ganar el Scudetto, la Copa de Italia a uno de mitad de tabla, donde lógicamente es mucho más difícil. Pero eso no solo pasa en Italia, ocurre en cualquier campeonato. Adaptarse no es sencillo y depende de muchas cosas, no solo del equipo. También depende en la posición que se juegue. No es lo mismo jugar en ataque que en defensa. Destruir resulta más sencillo que crear. Es mucho más difícil para un jugador creativo en Italia por cómo se juega allí, hay muchos menos espacio, se juega de una manera mucho más defensiva. Los equipos anteponen el aspecto defensivo al ofensivo y todo eso repercute en el rendimiento. No es lo mismo jugar en un equipo que juega a ganar, a dominar, que otro equipo que tiene que defenderse y esperar ocasiones. Es un poco lo que me ocurrió a mí. Llegaba de un equipo campeón, de jugar al ataque, a un equipo como el Torino, que defendía bien, que la base era defender y luego aprovechar determinadas circunstancias. Los años que yo estuve en el Torino fueron de los mejores de su historia. Quedar en un campeonato como en el de aquella época, cuartos y terceros, con equipos como el famoso Milan, la Sampdoria de Vialli, el Parma, el Inter de Matthäus... Estamos hablando de palabras mayores.

¿Son tan diferentes el fútbol español y el fútbol italiano?

-Es una cuestión de mentalidad. Es una forma de pensar y una cultura futbolística totalmente diferente. Te encuentras en un campeonato donde el equipo no juega a ganar, sino que juega a no perder. Es un choque brutal. Tienes que estar preparado mentalmente; es duro, cuesta trabajo adaptarse.

La Juventus de Turín tiene un palmarés extraordinario, nada que ver con el del Torino, pero la ciudad ama al Torino. ¿Por qué?

-Es un equipo muy querido en la ciudad por todo lo que ocurrió en su época. El Torino es muy querido, no solo en Turín, sino en toda Italia. La tragedia (el accidente aéreo de Superga donde pereció El Gran Torino) marcó mucho. Por ahí viene ese amor al club. Luego hay que ver cómo se viven los derbis: es algo extraordinario. Aunque generalmente la Juventus siempre ha estado por delante, los derbis se viven con mucha intensidad en la ciudad. En los dos años en los que jugué en el Torino no perdimos contra la Juventus en los cuatro derbis que disputamos. Ganamos dos y empatamos dos. Fueron unos años maravillosos. Después, al club le ha faltado regularidad y, desgraciadamente, tampoco han tenido una buena gestión. Espero que sigan creciendo. Es un club que merece estar entre los importantes de Europa.