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Una mina en la banda

Balenziaga, que no fue el único rojiblanco que firmó un mal partido, se vio superado en todo momento por Santi Mina. El defensa volvió a ser silbado en una semana para olvidar

Una mina en la bandaO. MARTÍNEZ

ES muy probable que Mikel Balenziaga haya tenido pesadillas al recordar el partido de anoche ante el Celta. No habrá sido el único, porque la moral de los aficionados rojiblancos no pasa por su mejor momento. El lateral de Zumarraga no pudo contener en ningún momento al celeste Santi Mina, que se convirtió en el hombre más peligroso en ataque del conjunto gallego. Indiscutible para Ernesto Valverde en el costado izquierdo de la defensa del Athletic, Balenziaga no pasa por su mejor momento de forma. Se mostró impreciso a la hora de sacar jugando el balón, en los despejes y al fijar la marca. Mina impuso su mayor velocidad y en varios lances le ganó la posición simplemente con meterle el cuerpo. Con Jon Aurtenetxe fuera de la convocatoria por enésima vez en lo que va de temporada, el técnico de Viandar de la Vera no cuenta con otro especialista para esta demarcación.

Mikel ha empezado el año con el pie cambiado. Pese a ampliar su contrato hasta junio de 2019 hace unos pocos días, en la última semana ha mostrado la versión menos segura desde que fue repescado del Valladolid. En la ida disputada en Balaídos, un mal despeje suyo con la cabeza propició el segundo gol del Celta, que llevó el sello de Charles. El domingo, en la derrota ante el Elche en Liga, Víctor le robó la cartera junto al banderín de córner y el atacante ilicitano le sirvió en bandeja el segundo tanto al marroquí Fayçal. En ese momento escuchó los primeros silbidos desde la grada. Ayer continuó la reprimenda del público.

En la primera parte, a punto de cumplirse el cuarto de hora de juego, Balenziaga se dejó ganar la posición por Santi Mina. A la carrera y un tanto escorado, el canterano del Celta sacó un tiro a puerta de donde no debía haber peligro. Iago Herrerín respondió a la perfección. Fue un aviso para lo que iba a llegar tras el paso por los vestuarios. El 24 del Athletic salió un tanto dormido. Igual que sus compañeros. Berizzo se dio cuenta desde la zona técnica que la banda derecha de su ataque era la más propicia para generar peligro. Con Ibai Gómez por delante -luego estuvo Iker Muniain, que tampoco le ayudó mucho en defensa-, Balenziaga no acertaba a frenar a Mina. Así llegó el primer gol de la noche. El delantero gallego le regateó, se fue en velocidad y asistió dentro del área. La mala suerte quiso que el balón tocara en Etxeita, que lo metió en propia puerta sin que el portero bilbaino pudiera hacer nada.

El miedo cundió entre el respetable. Se escucharon las primeras reprimendas serias de la jornada y los que fueron pitados ante el Elche volvieron a recibir silbidos. Iturraspe, impreciso y nervioso, Muniain, poco efectivo otra vez, no se salvaron de las críticas. Tampoco Balenziaga, al que Valverde sacó luego la cara en la sala de prensa: “Nos ha dado tanto que, aunque es cierto que lleva una mala semana, necesitamos que esté a su mejor nivel porque su intensidad defensiva es de las más altas y nos da mucho”. Con el 0-2, la bronca fue a más.

Beñat no se libra de los pitos El técnico del Athletic recuperó para el once a Beñat. Desde la media punta, el de Igorre pasó otra vez desapercibido. Incapaz de aguantar la posesión y poco preciso en los pases de media distancia, no conectó con Iñaki Williams. En su segunda temporada en Bilbao, el 7 se sumó a la lista de señalados. En el minuto 62, momento en el que Valverde le cambió por Iraola, el público le silbó. Para algunos el crédito se empieza a acabar.