bilbao - El acento en las últimas horas lo ha puesto la Federación Española de Fútbol (FEF) y el propio Ayuntamiento de Bilbao, tanto a través del alcalde, Ibon Areso, como del director del Gabinete de Alcaldía, Andoni Aldekoa. La petición de San Mamés como sede de una final de la Europa League, posiblemente la de la edición de 2017, supondría el siguiente paso para consolidar a Bilbao como punto neurálgico de grandes acontecimientos futbolísticos y que serviría también como aperitivo, y a la vez como un examen exigente y fiable, de cara a la Eurocopa de 2020. Jorge Pérez, secretario general de la FEF, recalcó ayer esta reclamación: “Queremos empezar los trámites y pedir que se organice una final de la Europa League, porque ir rodando el estadio con grandes acontecimientos es importante para poder preparar la Eurocopa’2020”.

Sin embargo, la idea no es actual, aunque hayan asomado nuevos actores. Es un objetivo en el que el Athletic y socios de San Mamés Barria trabajan desde hace dos años y medio, como así lo publicó DEIA en su edición del 29 de abril de 2012 y en la que se recogía los primeros movimientos de los propietarios del campo, cuando aún restaba quince meses para la inauguración del mismo, para recabar información y datos para efectuar con garantías una petición formal a la UEFA.

Por entonces, el máximo organismo continental ya maneja informes positivos sobre el actual San Mamés y las posibilidades de Bilbao, argumentadas también en el comportamiento ejemplar de la afición rojiblanca en campos como Old Trafford, el Veltins Arena o el José Alvalade, y posteriormente del Nacional de Bucarest, donde los leones sucumbieron en la final de la Europa League frente al Atlético de Madrid.

En la capital rumana, la Junta Directiva del Athletic acaparó más información en cuanto a la organización y logística de una final europea, partiendo de la base de que el partido se disputó en un estadio de recién construcción, a imagen y semejanza de lo que ocurriría con San Mamés.

El club y la sociedad San Mames Barria emprendieron los primeros trámites burocráticos de cara a hacer posible una futura final continental en La Catedral a partir de 2017, cuando el campo ya habría pasado la prueba del algodón con dos años de funcionamiento, por lo que se tomó la referencia del Juventus Stadium, la nueva casa de última generación de la vecchia signora desde septiembre de 2011 y que, con solo un aforo de 41.000 espectadores, acogió la pasada final de la Europa League, que conquistó el Sevilla.

Dos años y medio después, este objetivo se ha reactivado con motivo de la elección como sede de la Eurocopa, por lo que Bilbao podría coger el testigo de Basilea, sede de la final de la Europa League de 2016.