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El momento de Kike Sola

El delantero, que no ha renovado, espera movimientos que pueden acercarle a Bilbao El Athletic negociaría con el club navarro, que necesita hacer caja

El momento de Kike SolaEFE

BILBAO. Se trata de una espera táctica. Kike Sola disfruta de sus vacaciones, expectante de conocer su futuro a corto plazo. El de Cascante, que ha cerrado la temporada como máximo goleador de Osasuna gracias a sus nueve dianas, es uno de los objetivos del Athletic para reforzar su proyecto deportivo para el próximo curso y la entidad rojiblanca ya conoce que el delantero navarro vería con buenos ojos sumarse al mismo siempre que se produzca un acuerdo satisfactorio para todas las partes implicadas.

Kike Sola se encuentra, a sus 27 años de edad, en el momento de dar un salto cualitativo en su carrera profesional después de firmar su campaña más meritoria en Primera División. El rojillo es consciente de las urgencias del Athletic para reforzar su delantera con la marcha de Fernando Llorente, hasta el punto de que Ibaigane activó la opción del aún osasunista hace dos meses. Entonces, Miguel Archanco, presidente de Osasuna, tiró de una respuesta que supuestamente ofrecía mucho músculo para su entorno: "El que quiera a Kike Sola deberá pagar su cláusula de rescisión".

Esta se eleva a los diez millones de euros, después de que Osasuna lograra la permanencia a falta de una jornada. En caso de haberse producido un hipotético descenso rojillo, la atadura contractual del jugador se habría rebajado hasta los cuatro millones. Es, por tanto, el club navarro el que parte desde la posición más fuerte en el inicio de la negociación. O sea, se agarra a la letra grande del contrato de Kike Sola, que expira el 30 de junio de 2014.

Osasuna trasladó meses atrás al delantero de Cascante, que salió de Lezama una década atrás en edad juvenil, una oferta de renovación, a la que el jugador no ha respondido a día de hoy, lo que se entiende en la entidad de El Sadar como una negativa de su futbolista a continuar ligado a la disciplina rojilla más allá de esa fecha.

El Athletic, mientras, tampoco ha movido ficha. Se ha limitado a un sondeo del que ha sacado positivas conclusiones. En Ibaigane, como se sabe, la prioridad se centra en cerrar el capítulo del entrenador que lidere el nuevo proyecto una vez que la Junta Directiva decidió el pasado jueves no ofrecer la renovación a Marcelo Bielsa.

Rebaja osasunista El club rojiblanco no tiene prisa en el caso Kike Sola, aunque en la dirección deportiva su nombre asoma en letras mayúsculas como uno de los fichajes a contemplar. En Lezama manejan buenos informes de un futbolista que no tuvo suerte en las categorías inferiores del Athletic, pero que ha crecido futbolísticamente en los últimos años y donde mucha culpa ha tenido Cuco Ziganda, entrenador del Bilbao Athletic, que le tuvo a sus órdenes en Osasuna después de reclutarle desde el Aluvión, el equipo de su pueblo y en el que se había refugiado en Tercera División tras su dolorosa marcha de Lezama.

Kike Sola no es un goleador nato, aunque este año ha lucido una pegada llamativa, sobre todo en el primer tramo de Liga, ya que en las últimas semanas no ha tenido el mismo impacto en el conjunto de José Luis Mendilibar, el técnico que le ha convertido en un jugador importante en los rojillos. El de Cascante, un delantero fornido, asume que el rol que se ha ganado en Osasuna se debe a la confianza que le ha aportado el de Zaldibar, que ejercerá su cuarta campaña al frente del cuadro navarro.

Mendilibar, precisamente, está a la espera de los movimientos que se produzcan en torno a Kike Sola. Archanco ya no parece tan rotundo a la hora de exigir los diez millones de euros de la cláusula del delantero y estaría dispuesto a negociar un precio, sobre todo porque las arcas osasunistas, muy delicadas, necesitan ingresos, y más cuando el club debe desembolsar dos millones y medio por hacerse con los derechos federativos de Miguel Ángel de las Cuevas, procedente del Sporting, y del chileno Gato Silva.

El Athletic, en este sentido, no descarta entablar en fechas cercanas una negociación directa con Osasuna, siempre, eso sí, en unas términos económicos que el club rojiblanco considere "razonables". El propio Urrutia ya aseguró en unas de sus comparecencias más recientes que la entidad bilbaina manejaba la posibilidad de efectuar fichajes, pero "sin volverse locos", como ocurre en el caso de Kike Sola, por el que el desembolso se estimaría entre los cuatro y cinco millones de euros.