La plenitud de Kike Sola
El punta navarro dice vivir su mejor momento, a pesar de estar reñido con el gol
IRUÑEA. Kike Sola es el único futbolista de la actual plantilla de Osasuna que tiene una vinculación real con el Athletic. Hay otros, como Raúl García, Miguel Flaño o Asier Riesgo, que en algún momento sonaron como posible refuerzos, pero solo el delantero de Cascante ha conocido el club rojiblanco por dentro. Se quedó muy cerca del primer equipo después de pasar por sus categorías inferiores. Llegó a Lezama con 11 años y salió en dirección a Osasuna en edad juvenil, de ahí que la cita del lunes posea para él una significación especial. "Estuve muy a gusto allí. Tengo que mencionar a la familia que me acogió, les tengo que considerar como unos segundos padres para mí. Yo crecí allí, me fui de casa siendo un crío y hasta los 18 estuve en Bilbao. Me he criado con esa gente. Es una etapa de la vida muy importante para la educación, para la formación como persona. Entre todos me aportaron muchas cosas y es algo que nunca pienso olvidar. Por eso tres o cuatro veces al año, cuando puedo, marcho para Bilbao".
Su próxima visita tiene un cariz distinto a la de esas escapadas. Lo afectivo quedará aparcado por espacio de un par de horas, si bien el lunes espera saludar a mucha gente, jugadores, técnicos y personal deportivo. "Tengo relación con algunos, les tengo cariño. Llorente, Javi Martínez, Ekiza, Amorebieta, Toquero... También he coincidido en la selección de Euskadi con varios. Y luego están los médicos, están Ipiña, Santi Urkiaga, Amorrortu...".
El escenario del partido constituye un incentivo extra para Sola ("lo primero que hay que decir es que San Mamés es un campo muy bonito, donde gusta jugar"), pero no porque anide en su fuero interno ningún afán de reivindicación personal. Simplemente piensa en obtener un resultado positivo para Osasuna: "A Bilbao vamos con ilusión y con la intención de romper la racha de empates con un triunfo. Me gusta este partido, me estoy preparando bien y llego en plenitud".
Sola atraviesa su mejor etapa en Primera División. En junio de 2007 tuvo el debut ideal, metió dos goles en el campo del Betis, donde Osasuna arrasó (0-5), pero luego no halló hueco en el once titular. Pasó dos temporadas sin pena ni gloria y se fue cedido al Numancia. También hizo escala en el Levadiakos griego. Fue repescado, pero su suerte no mejoró en exceso hasta que, mediada la temporada anterior, Mendilibar aterrizó en Iruñea. Este cambio resultó providencial para él. Con Camacho apenas participaba, pero fue salir del ostracismo con el técnico vizcaino y acumular sus mejores estadísticas. Disputó 16 partidos y firmó siete goles, una aportación clave para que Osasuna se aferrase a la permanencia y un aval para mantenerse en la titularidad este año.
Sin embargo, pese a haber intervenido en cinco jornadas de Liga, aún no ha marcado. Asegura que no se obsesiona por ello: "Confío mucho en mí. Que estuviese al nivel que la gente decía que estuve el año pasado es gracias al equipo, eso lo tengo claro. El equipo es siempre lo más importante. Ahora mi trabajo ahí está también. Es verdad que los goles no llegan, pero no me como la cabeza. Si el míster me pone será porque estoy aportando cosas al equipo. No hago caso a las críticas que pueda haber porque no he marcado, a mí lo que me vale es lo que opine el míster".
Todavía no sabe si estará en el once frente al Athletic, Mendilibar acostumbra a comunicar sus intenciones con el partido encima. "Al míster le gusta mantener esa tensión en el grupo, pienso que es positivo porque hace que todos estemos metidos al cien por cien al existir esa posibilidad de jugar". Hasta la fecha ha actuado al lado de Nino, fichado este verano. "Creo que somos complementarios. Él suele moverse por detrás de mí y yo estiro al equipo. Requiere un tiempo amoldarse, que todo funcione, pero nos ayudamos mucho".
TRABAJO PARA EL EQUIPO. Mendilibar le exige un gran despliegue. Sola se ha tenido que amoldar a la particular concepción del fútbol del entrenador, que desgrana así: "El míster nos dice que el primer defensa es el delantero, que el primero que la pierde es el primero que la recupera. Ese es un trabajo que lo agradece el equipo. Igual la gente no lo ve porque al delantero se le pide que haga gol, pero supone un gran desgaste, todas esas acciones sin balón repercuten un poco, luego te puede faltar algo de gasolina para atacar. También, además de presionar a la defensa, están los movimientos que haces, desmarques que muchas veces los compañeros no ven. Todo eso cuesta hacerlo y ya sé que mucha gente ni se da cuenta, pero para el equipo es bueno".
No tiene inconveniente Kike Sola en alabar abiertamente al Athletic. "Les he visto los dos últimos partidos, contra el PSG y la Real, y me han gustado muchísimo". Se explica: "Ahora el Athletic juega de otra forma. Al final es lógico, tiene un entrenador nuevo y hay que darle un tiempo porque está apostando por un sistema de jugar distinto y todavía falta esa adaptación que es necesaria. De todas formas, veo que el equipo se está consolidando, yo le he visto al Athletic con mucha fuerza".
Y dice más: "Veo que hay algunas características que son similares en los dos equipos, como la forma de apretar". Y tras las flores, va la advertencia: "Tendremos un rival muy difícil, que tiene muy buenos jugadores, pero pienso que se le puede hacer daño, tiene sus puntos débiles, como todos los equipos. El Athletic es un buen equipo, pero también lo es Osasuna. Que el partido será disputado no me cabe ninguna duda".
Una victoria sobre el Athletic y terminar con su sequía de cara a puerta colmaría las apetencias de un Kike Sola que en absoluto descarta ambas hipótesis. Al contrario, no en vano se siente valioso y considera que está en condiciones de hacerse notar en La Catedral: "En el fútbol todo se basa un poco en la confianza que uno tiene en sí mismo, pero también hace falta que confíen en uno, que es lo que está ocurriendo ahora". Si este lunes se cumple su sueño, buena parte de la culpa será de Mendilibar, el técnico que creyó en Kike Sola desde el primer día.