El momento de Jonás Ramalho
El baracaldés de 16 años, que ya jugó un amistoso en febrero de 2008, podría viajar a Zaragoza y apunta a debutar frente al Werder Bremen
bilbao
IKER Muniain podría tener en breve un nuevo compañero a quien traspasar su protagonismo en cuanto a precocidad. Su identidad no es desconocida para los aficionados ni tampoco para Joaquín Caparrós, que sigue sus pasos y su evolución desde hace un par de temporadas. No en vano, el 27 de febrero de 2008, en un amistoso en Zornotza donde también participó el Golden Boy del Athletic, el de Utrera reclutó también a Jonás Ramalho (Barakaldo, 10-VI-1993), que por entonces contaba con tan solo 14 años, 8 meses y 17 días. Entre las dos joyas de la corona sumaban 29 años y en absoluto desentonaron sobre el verde. Tras varias jornadas ejercitándose con la primera plantilla, todo apunta a que Ramalho podría formar parte de la expedición a Zaragoza para así debutar el próximo miércoles frente al Werder Bremen. No en vano, el club le inscribió ayer en la denominada lista B de la Liga Europa, una auténtica declaración de intenciones de cara a un compromiso en el que los leones dirimirán el primer puesto de su grupo.
Su profético nombre le augura un porvenir prometedor, muy alejado de polémicas y debates estériles, de no torcerse su horizonte. Nacido en Cruces, reside en Las Arenas junto a sus padres, Tomás y Natalia, en el seno de una familia humilde sin antecedentes futbolísticos. Su aita llegó hace muchos años a Bizkaia desde su Angola natal, integrándose de inmediato y conociendo a su esposa en Leioa, donde vivía la madre de Ramalho. El periplo del canterano arrancó en la escuela de fútbol del Lagun Artea, el vivero del conjunto leioztarra, pero siendo alevín, con diez años, fue captado por los ojeadores del Athletic en 2003. En la actualidad cumple su séptimo curso en las instalaciones de Lezama, perteneciendo al juvenil de División de Honor de Bingen Arostegi. Hace 18 meses, cuando Caparrós le reclutó, jugaba todavía en el cadete de Liga Vasca junto a gente que en su mayor parte le sacaba un año de edad, pero él sin embargo les sobrepasaba en corpulencia.
más allá de lo anecdótico Mestizo, alto, fibroso y ágil parece el elegido para convertirse en el primer futbolista no blanco que juegue en el Athletic, estereotipo que debe ser relegado a un plano más que secundario. Nadie duda de sus prestaciones. "Es un joven encantador, muy sencillo, con gran proyección y cualidades potenciales enormes. Puede desenvolverse en el lugar que quiera", sostienen en su entorno. Y es que aunque se perfila ahora como el sustituto de un Andoni Iraola que necesita descanso (después de que sus piernas hayan cargado a estas alturas con 26 encuentros), su ubicación no sólo atañe al lateral derecho, sino también al puesto de central. Aún por definir completamente su desarrollo muscular, destaca por su polivalencia. En el eje se emplea con anticipación y rapidez al cruce, gran flexibilidad y disciplina, virtudes que traslada a la banda. Las referencias de su entrenador en la selección estatal de su categoría, el ex león Aitor Karanka, no han podido ser mejores, al tiempo que lleva disputados diez partidos en la presente temporada aunque no haya sido titular en los dos últimos (Real y Eibar) por el asueto que se le concedió tras su periplo internacional.
En una época de plena globalización del fútbol y en tiempos de normalización e integración, no hay sitio para el comentario ni siquiera en una entidad con la idiosincrasia particular del Athletic. Lo cierto es que aquel chico que ejerció una vez ante el Villarreal como recogepelotas, está a punto de incorporarse a la extensa nómina de debutantes en la etapa de Caparrós dirigiendo el banquillo rojiblanco. Si en aquella cita en Urritxe superó en precocidad a Andoitz Galdos y a Joseba Garmendia (Jupp Heynckes les otorgó 20 minutos en un amistoso en Irun ante el Real Unión), Ramalho aspira a ir quemando etapas en positivo.
Lesionados para un tiempo Iban Zubiaurre y Eneko Bóveda, y descartada la opción de reconvertir en el carril diestro a Xabi Etxebarria, el cierre de 2009 puede quedar grabado para siempre en la trayectoria deportiva de Jonás, y del propio Athletic, que pasearía por Europa, y quizás en la Liga, a otro de sus bastiones de cara al futuro inmediato. La Catedral puede abrazar a otro héroe criado en su escuela. A "mi hermano", como el propio Muniain reconoció en aquel partido en Zornotza.