Los gobiernos de Hungría y Polonia ignoraron las presiones y advertencias lanzadas por el resto de países de la UE y mantuvieron el bloqueo sobre el presupuesto comunitario para los próximos siete años y el fondo de recuperación de 750.000 millones, alegando que el mecanismo que vincula las ayudas al respeto del Estado de derecho tiene una base “ideológica” y no cuenta con las “garantías” adecuadas.

Los Veintisiete abordaron por primera vez la situación de bloqueo en una reunión por videoconferencia de los ministros de Asuntos Exteriores en la que muchos Estados miembros pidieron a Budapest y Varsovia que rectifiquen su posición.

Pero lejos de lograrlo, los representantes de ambos países confirmaron su postura. “No seamos hipócritas, todos sabemos lo que busca la condicionalidad”, enfatizó la ministra húngara de Justicia, Judit Varga.

A su juicio, el sistema que liga ayudas europeas y Estado de derecho siempre ha tenido a Hungría en el punto de mira, al tiempo que defendió que con él se abre la puerta a que la Comisión Europea sancione “con facilidad” a un Estado miembro “sobre una base ideológica”, a través de medidas “arbitrarias” y con procedimientos “sin garantías”.

Por su parte, el ministro de Asuntos Europeos polaco, Konrad Szymanski, trasladó que la cuestión de la condicionalidad del Estado de derecho era una “prioridad” nacional y que en su forma actual no da “garantías jurídicas” adecuadas. “Cada Estado miembro tiene su lista de prioridades y sensibilidades. Ya sabían que la condicionalidad está entre las máximas prioridades de Polonia”, expresó, para después añadir que nadie debería estar “sorprendido” por el veto de su país.

Frustración y urgencia

En nombre de Alemania y como presidente de la UE, el secretario de Estado para Europa, Michael Roth, defendió que el Estado de derecho “no es una ideología” y criticó que comparar a la UE con regímenes autoritarios es “inaceptable”. También pidió a Budapest y Varsovia que reflexionen sobre el hecho de que con su veto están negando también muchas ayudas a sus ciudadanos y empresas.

“No hay excusas para más retrasos. Pido a todos los Estados de la UE que asuman sus responsabilidades. No es momento de vetos sino de actuar rápido y en espíritu de solidaridad. Nuestra gente pagaría un precio muy alto por el bloqueo”, aseguró.

En cualquier caso, Roth enfatizó que el Gobierno alemán seguirá “trabajando muy duro” en su papel de presidencia “para superar los obstáculos políticos pendientes” con la intención de concluir estas negociaciones “tan complicadas” lo antes posible.

En ambos casos es necesaria la unanimidad entre los socios comunitarios para su puesta en marcha, pero Budapest y Varsovia han bloqueado su ratificación por su oposición al mecanismo que a partir de 2021 vinculará el desembolso de fondos europeos al respeto del Estado de derecho.

El ministro de Italia, Vincenzo Amendola, mostró su “profunda frustración” por el bloqueo haya llegado en un momento “extremadamente grave” debido a la segunda ola de la pandemia. De la misma forma, cargó contra la “contradicción” que supone “tener miedo” a la condicionalidad si todos los Estados miembros dicen que cumplen con los valores y principios democráticos.

En nombre de España intervino el embajador permanente ante la UE, Pablo García-Berdoy, quien incidió en la “urgencia y necesidad” de ratificar el paquete presupuestario.

El representante francés se expresó con un mensaje idéntico y tildó de “esencial” que se avance para que el presupuesto y el fondo de recuperación sean ratificados “rápido” puesto que de lo contrario “la crisis sanitaria se agravará” y originará una crisis “sin precedentes”.

Retraso en los plazos. El bloqueo podría retrasar más allá del 1 de enero 2021 la entrada en vigor del presupuesto 2021-2027 de casi 1,1 billones de euros y del fondo de recuperación.

Estados expedientados. Bruselas expedientó a Polonia y Hungría por sus problemas con el Estado de Derecho, por lo que alentó la vigilancia de la independencia judicial o la separación de poderes.

Origen. A través del mecanismo de estado de derecho, la UE puede paralizar los fondos de los que se benefician ambos estados si hay violaciones del estado de derecho.

La ministra húngara de Justicia se dirigió a la UE: “¿Cómo esperan que lo aprobemos? Ya no vivimos en un sistema que sanciona por discrepancias políticas. No es momento de juegos ideológicos”.